REVISANDO LA REVISION DE 1960

Armando Di Pardo

Un estudio cr�tico de la Revisi�n de 1960 de la Versi�n Castellana Reina�Valera de la Santa Biblia, a la luz de la "sana doctrina".

Ediciones "Adelphia"

� Copyright 1998 - 2002, Adelphia.
Ediciones "Adelphia". ISBN N� 987-97636-0-2
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Nueva Edici�n ampliada en 1998
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REFERENCIAS

Versi�n Antigua

Versi�n Reina�Valera (1569 y 1602), Revisada en 1862 y 1909. Publicada por Sociedades B�blicas Unidas.

Revisi�n 1960

Versi�n Reina�Valera, Revisada en 1960. Publicada por Sociedades B�blicas Unidas.

RV 1977

Versi�n Reina�Valera, Revisada en 1977. Publicada por Sociedad B�blica Internacional y CLIE, 1979.

RVA

Versi�n Reina�Valera Actualizada (1989). Publicada por Editorial Mundo Hispano, 1990.

RV 1995

Versi�n Reina�Valera, Revisada en 1995, Edici�n de Estudio. Publicada por Sociedades B�blicas Unidas, 1996.

VP

Dios Habla Hoy. La Biblia Versi�n Popular. Segunda Edici�n. Publicado por Sociedades B�blicas Unidas, 1983.

BA

La Biblia de las Am�ricas. Publicada por The Lockman Foundation, 1995.

NVI

Nueva Versi�n Internacional. Nuevo Testamento con Salmos y Proverbios. Publicado por Sociedad B�blica Internacional, 1995.

 

INDICE

REFERENCIAS

Pr�logo

PROEMIO A LA PRIMERA EDICI�N

RAZONES DE UNA INSISTENCIA

RECONOCIMIENTOS

PROP�SITOS

CAPITULO I. EL SELLO DE AUTENTICIDAD Y AUTORIDAD LITERARIA

LOS HECHOS

LAS CONSECUENCIAS

LA DEMANDA

CAPITULO II. T�tulos incorporados indebidamente al Texto B�blico

EXAMEN DE ALGUNOS "TITULOS"

i. Sobre �xodo 36: 2-7

ii. Sobre Nehem�as 7: 1-4

iii. Algunos "t�tulos" en el libro de Job.

iv. Sobre Salmo 10

v. Eliminaci�n del t�rmino "MES�AS", en t�tulos sobre cl�sicos pasajes Mesi�nicos.

vi. Sobre Salmo 49

vii. Sobre Salmo 65

viii. Sobre Salmo 134

ix. Sobre Salmo 148

x. Sobre la secci�n de Proverbios cps. 28 y 29

xi. Sobre Hechos 1:12 a 24

xii. Sobre Ia Tes. 2:17 a 3:13

xiii. Sobre Tito 1:5 a 16

xiv. Sobre Ia Juan 1 :1-5

CAPITULO III. Eliminaci�n del tipo de letra bastardilla para las palabras auxiliares o complementarias

Argumentaciones

Ex�men de algunos casos

I. Al final de G�nesis 44:4

II. En Hechos 2:42

III. En 1a Co. 14:13,14,19

IV. En 1a Tim. 2:5

V. En Hechos 18:22

CAPITULO IV. CAMBIOS EN EL TEXTO, QUE AFECTAN DOCTRINAS

I. Prenotandos.

Principio Rector

Sobre las palabras y su significado

La Cuesti�n de los Manuscritos

Conclusi�n

II. Breve examen de algunos de los cambios en el Texto B�blico del Antiguo Testamento, hechos por la Revisi�n de 1960, que afectan doctrinas.

GENESIS 1: 14

G�NESIS 3:16

PROVERBIOS 20:30

ISA�AS 52:15

ISAIAS 54:17

ZACARIAS 6:13

ZACAR�AS 13:7

III. Breve examen de algunos de los cambios en el Texto B�blico del Nuevo Testamento, hechos por la Revisi�n de 1960, que afectan doctrinas.

LUCAS 1:35

LUCAS 2:22

JUAN 3:36

JUAN 8:51

JUAN 10:30

OTROS EJEMPLOS

Pr�logo

"Considera lo que digo, y el Se�or te d� entendimiento en todo" (2 Timoteo 2:7)

La traducci�n de las Sagradas Escrituras de sus idiomas originales (hebreo, arameo y griego) a una gran mayor�a de las lenguas que se hablan en el mundo, puso la Palabra Inspirada de Dios al alcance de la humanidad. Eruditos y fieles creyentes de diversas �pocas se dedicaron con esfuerzo a esta noble tarea para que "la Palabra del Se�or corra y sea glorificada" (2� Tes. 3:1).

Ello dio origen a maravillosas versiones o traducciones de la Biblia en las lenguas modernas, como la "Versi�n Reina�Valera" en idioma castellano, o la Versi�n "King James" en ingl�s, famosas por su respeto de los textos originales y de amplia aceptaci�n en el pueblo evang�lico.

Como fuera revelado prof�ticamente por el Se�or y luego anunciado por sus ap�stoles, en los �ltimos tiempos se levantar�an "falsos maestros", que por haber escuchado a "esp�ritus de error y a doctrinas de demonios" (1 Ti.4:1), traer�an "otro evangelio" (G�.1:6-7), con el cual "enga�ar�n, si es posible, a�n a los escogidos" (Mt.24:24).

Tales "vientos de doctrina" soplaron con fuerza a fines del siglo XIX y principios del siglo XX a trav�s del as� llamado "modernismo doctrinal" y del "neomodernismo", corrientes teol�gicas que rechazan la inspiraci�n verbal y plenaria de las Santas Escrituras y mutilan o reinterpretan los textos desconociendo su valor hist�rico y doctrinal. Dichas corrientes niegan, por ejemplo, desde la Deidad Esencial y Propia del Se�or Jes�s, Su nacimiento virginal, Sus milagros, hasta la redenci�n por Su Sangre, Su resurrecci�n corporal, etc. Pretenden reinterpretar las Escrituras calificando muchos de sus registros como relatos aleg�ricos carentes de veracidad hist�rica, de los cuales se necesita extraer las ense�anzas espirituales que pudieran contener.

A ello se unen otros vientos doctrinales procedentes de las mismas "puertas del infierno" que los anteriores: los movimientos ecum�nicos que desde mediados de este siglo intentan arrastrar tras una falsa unidad a cristianos evang�licos con cat�lico�romanos, ortodoxos y a�n con jud�os y otras religiones no "cristianas". Tras esa corriente se han "unido" diversas denominaciones evang�licas y han llegado a proponer la finalizaci�n de la obra misionera de evangelizaci�n.

Iglesias fundamentales en todo el mundo rechazaron tales corrientes de pensamiento; sin embargo �stas han inundando seminarios y escuelas de Teolog�a de muchas "denominaciones" protestantes, y han hecho sentir su influencia en las nuevas versiones de la Biblia. Con el argumento de actualizar el lenguaje y hacerlo m�s sencillo y accesible al pueblo, no se ha cuidado la "sana doctrina" permitiendo cambios que adecuan el texto b�blico a la tendencia teol�gica dominante de corte neomodernista y ecum�nico.

As� ocurri� con versiones inglesas de las Sagradas Escrituras, como "The New English Bible" publicada en Inglaterra o la "Revised Standard Version" en Estados Unidos (1953), que suscitaron fuertes reacciones de cristianos fundamentales en la fe. Posteriormente continu� hasta el d�a de hoy la revisi�n y publicaci�n de nuevas versiones en ingl�s: "Good News For Modern Man" (1966), "The Living Bible" (1967) "New American Standard Version" (1960), "New International Version" (1973), "New King James Version" (1979), "New Revised Standard Version" (1990), todas ellas denunciadas por fieles creyentes que defienden la todav�a ampliamente usada versi�n "King James".

Tambi�n en idioma espa�ol, la "Revisi�n de 1960" de la Versi�n Reina�Valera suscit� en ese tiempo firmes resistencias y denuncias como las que emprendi� el autor de este libro y otros, al punto que no se interrumpi� la impresi�n de la Antigua Versi�n de 1909 como era la intenci�n original de Sociedades B�blicas.

Posteriormente nuevas versiones se han multiplicado, las cuales no hicieron sino profundizar cambios en la misma direcci�n, respetando a�n menos los textos originales, en pos de manuscritos corruptos tenidos por "m�s antiguos". Entre otras, se destacan nuevas revisiones de la Versi�n Reina�Valera en 1977, 1989 (Versi�n Reina�Valera Actualizada) y 1995 (Edici�n de Estudio), la Versi�n Popular "Dios Habla Hoy" (1966,1970,1979,1983,1994), la "Biblia de las Am�ricas" (1995), la "Nueva Versi�n Internacional" (Nuevo Testamento con Salmos y Proverbios: 1979, 1985, 1990, 1995), etc.

En este informe solamente se contrastan algunas partes de la Versi�n Castellana de las Sagradas Escrituras (Edici�n de 1909) conocida com�nmente como Versi�n Antigua, que ha sido motivo de indebidos cambios en la nueva Biblia oficialmente llamada "REVISI�N de 1960" editada por las Sociedades B�blicas en Am�rica Latina.

La primera edici�n de este trabajo se public� en varios n�meros de la Revista Adelphos en Montevideo, Uruguay, entre 1972 y 1975. La segunda edici�n apareci� en Cuadernos de Fundamentos N� 9 en Barcelona, Espa�a. La presente constituye una tercera edici�n que contiene peque�as ampliaciones respecto a las anteriores.

Finalmente, encarecemos al amado lector la consideraci�n atenta de este estudio a la luz de uno de los tantos consejos que el anciano ap�stol Pablo escribiera al joven Timoteo: "Ret�n la forma de las sanas palabras que de m� o�ste, en la fe y amor que es en Cristo Jes�s" (2� Ti.1:13).

Los editores

PROEMIO A LA PRIMERA EDICI�N

 

RAZONES DE UNA INSISTENCIA

Como es sabido, las Sociedades B�blicas Unidas vienen publicando desde hace ya muchos a�os, una nueva Biblia en idioma Castellano codificada como "Revisi�n de 1960 de la Antigua Versi�n Reina�Valera" (datada en 1569 y 1602, con revisiones en 1862 y 1909).

Que nosotros presentemos ahora un nuevo Informe que insiste en protestarla, parecer�a un intento fuera de t�rmino en pro de una causa ya obsoleta.

Sin embargo, no lo es: porque tambi�n en materia de Revisiones B�blicas, la perspectiva del tiempo contribuye generosamente a la evaluaci�n y juicio de los hechos; de modo que nuevas reflexiones �inacusables de prematuras� tienen un lugar leg�timo y a�n relevante, que las recomiendan a la consideraci�n Cristiana.

Pero, (se objetar�), la experiencia ha demostrado que las protestas no logran hacer cesar la publicaci�n de las "nuevas Biblias", ni inciden mayormente entre quienes las aceptan. Es un hecho comprobado que las l�neas est�n ya tendidas y no son permeables a corrientes adversas a las posiciones predeterminadas. Entonces: �por qu� insistir?

Se contesta. Es cierto que, en nuestro caso, las protestas no lograron hacer cesar la publicaci�n de la "Biblia de 1960". Pero tambi�n es cierto que s� lograron, que tampoco cesara la publicaci�n de las fieles Biblias Versi�n Antigua o Edici�n de 1909, cuya cesaci�n estaba en los prop�sitos de la Revisi�n de 1960!

Ser� esclarecedor, al respecto, recordar aqu� ciertos hechos. Nosotros confrontamos ambas Versiones, en una serie de conferencias seguidas de "mesas redondas", en sendos Congresos Evang�licos realizados en ambas m�rgenes del Plata. En uno de ellos, en Montevideo, Uruguay, particip� activamente en el debate el funcionario a cargo, por entonces, de la Agencia de Sociedades B�blicas all�. Pocos d�as despu�s regresamos a Buenos Aires, Argentina; y hall�ndonos circunstancialmente en una dependencia de la "YMCA", se nos aperson� el propio representante general de Sociedades B�blicas y nos manifest� que la publicaci�n de Biblias Versi�n Antigua no cesar�a y que atender�an nuestros pedidos en todo tiempo. Cabe la pregunta: ��Fue ello el resultado de nuestros Congresos y debates? La respuesta es: �Juntamente con otras iniciativas a trav�s de Am�rica, SI!

Pero lo del todo importante, son las razones B�blicas que fundamentan estas protestaciones. Ve�moslas seguidamente.

(1) Dijo el Se�or: "El que me ama, mi palabra guardar�" (Juan 14:23).

Es obvio que "guardar�" tiene aqu�, primariamente, el sentido de "obedecer". Pero tambi�n es obvio que para poder "obedecer" la Palabra, necesitamos primero conocerla y esto, a su vez, hace imprescindible que podamos tenerla a nuestro alcance en alguna forma concreta y consultable. Esa forma concreta es, para nosotros hoy, s�lo una: Las Santas Escrituras. Y esto �que es indiscutible� nos trae a considerar el hecho final de que debemos tambi�n "guardar" las Escrituras, en el sentido de "preservarlas" o "conservarlas" en su integridad y pureza, sin alteraciones, pues cualquier alteraci�n en sus registros altera autom�tica y proporcionalmente, la Palabra a obedecer. Resumiendo: "mi palabra guardar�", tiene, para nosotros, una imprescindible connotaci�n Hagiogr�fica o Escritural, es decir, una forzosa relaci�n con las Santas Escrituras, con un doble deber: (1) obedecerlas, (2) preservarlas.

Por lo tanto, cuando llegamos a tener conciencia de que ciertas "revisiones" han afectado la Palabra, debemos "protestar" los hechos, dando un claro testimonio que redarguya el error y vindique la verdad. Nos lo exige nuestro deber de "preservar" las Escrituras para poder cumplir nuestro deber de "obedecer" la Palabra. Si amamos al Se�or, debemos hacerlo, pues: "el que me ama, mi palabra guardar�"!

(2) "La caridad . . . no se huelga de la injusticia mas se huelga de la verdad". (1a Co. 13:6).

Hermanos: "Revisar" Versiones de las Escrituras de un modo tal que resulte afectada la Palabra, �qu� es, sino tratar con "injusticia" a los Santos Escritos? La Caridad no podr� holgarse con tales "revisiones" ni recibirlas con benepl�cito o indiferencia. Por lo tanto, ante la acci�n obstinada de quienes persisten en publicar Biblias objetables, deber� o�rse la voz de un testimonio por la Verdad B�blica, de Cristianos movidos por la B�blica Caridad. Y ello, tantas veces como fuere necesario, pues est� escrito, con implicaciones inexcusables, "Has dado a los que te temen bandera que alcen por la verdad" (Salmo 60: 4, comp. Is. 59: 19, Sal. 20:5), y no est� escrito que esa bandera deba ser arriada!

Luego: cuantos hermanos han aceptado confiadamente las "nuevas" Biblias, har�an bien en reexaminar los hechos a la luz de estas verdades, a fin de tomar la actitud correcta que demandan la Caridad correcta y el reverente temor de Dios.

(3) "La Caridad . . . todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". (1a Co. 13: 7).

Por lo tanto, insistiremos en nuestra acci�n por la verdad, a�n esperando contra toda esperanza y a pesar de "l�neas tendidas y no permeables" y de "posiciones predeterminadas", sin desesperar de los resultados. Y a�n si supi�ramos por anticipado que no habr� "resultados", igual insistiremos, pues la bondad intr�nseca y el verdadero �xito de un testimonio genuino, no se miden con la vara de filosof�as pragm�ticas, sino con la �nica vara de la fidelidad al Se�or y a Su Palabra. Algo puede ense�arnos, al respecto, la Escritura que dice: "Les hablar�s pues mis palabras, escuchen o dejen de escuchar" (Ez. 2: 7).

Al siervo toca obedecer, dejando el resultado al Se�or. �SI, INSISTIREMOS!

Finalmente, la preparaci�n de este informe en 1972 nos fue pr�cticamente impuesta por ciertas circunstancias coincidentes y compulsivas acaecidas en este tiempo. Un nuevo cambio hecho por Sociedades B�blicas, esta vez en la p�gina presentaci�n de la Versi�n Antigua y que no puede ser pasado por alto; la amplia circulaci�n de un folleto que intenta justificar cambios hechos y, de paso, embiste contra hermanos que no los aceptaron; cartas recibidas de hermanos de distintos pa�ses y lenguas; etc. todo ello nos constri�� a preparar un nuevo trabajo que supliera una doble constatada necesidad actual: (1) tratar, con mayor amplitud que anteriormente, las principales diferencias entre ambas Versiones y (2) dar respuesta a ciertas afirmaciones hechas en favor de la Revisi�n de 1960. Con ello, pues, el lector ha ganado nuevas materias de meditaci�n.

RECONOCIMIENTOS

Por la Providencia de Dios, este trabajo fue preparado en los EEUU de Am�rica, lo que nos permiti� contar con cooperaci�n y elementos de juicio especializados. Tal circunstancia, obliga doblemente nuestra gratitud, primero al Se�or y luego a los hermanos que nos fueron de ayuda en la labor.

Especial reconocimiento es hecho al Dr. George Linhart, de Havertown, Pennsylvania, por su inapreciable y constante ayuda en el estudio de textos en las lenguas originales, especialmente en las varias lecturas del Griego del Nuevo Testamento.

Nuestro agradecimiento al Dr. David Otiss Fuller de Grand Rapids, Michigan, por su libro �Which Bible" ("�Cu�l Biblia?") y otros an�lisis cr�ticos de Versiones; y por sus inspiradoras cartas personales.

Al Dr. Donald A. Waite, de Collingswood, New Jersey, por sus estudios sobre manuscritos antiguos y versiones modernas, y por su est�mulo personal.

Al erudito hermano Terence H. Brown, de la Sociedad B�blica Trinitaria, de Londres, Inglaterra, por sus estudios sobre textos discutidos y otros trabajos t�cnicos.

Y al distinguido hermano W. G. Broadbent, de Nueva Zelandia, uno de cuyos medulosos estudios, "The Doctrine of Origins" ("La Doctrina de los Or�genes"), es muy revelador en cuanto a lo ocurrido con manuscritos, textos y versiones.

A todos, muchas, muchas gracias, amados hermanos.

PROP�SITOS

Tres son los prop�sitos de este informe: el primario, el vital y el devocional.

(1) El primario, propio de todo informe, o sea, informar. Y esto lo hemos hecho, atendiendo las necesidades determinadas en nuestro primer subt�tulo "Razones de una insistencia".

(2) Pero toda informaci�n, que objetivamente se nutre de datos, necesita, si es que aspira ser mensaje, de un elemento subjetivo, simple, digno y veraz, que d� vocaci�n, significado y trascendencia a la tarea primaria de informar. Ese elemento, alma y esp�ritu del informe, debe ser su motivo y su intenci�n �ntimos, principio y fin de la tarea: el por qu�, c�mo y para qu� se escribe.

�Y cu�l es, seg�n ello, el prop�sito vital de este trabajo?

Es el de reafirmar el principio espiritual normativo de la conducta de individuos e instituciones Cristianos, es a saber:

�LEALTAD AL SE�OR Y A SU SANTA PALABRA!

Y enfatizar esa Lealtad, en su aplicaci�n a la preciosa tarea de producir y distribuir Versiones de las Sagradas Escrituras, lo cual nos da la Causa aut�ntica de toda Sociedad B�blica aut�nticamente B�blica, es a saber, su compromiso total a un solo cometido: �VERSIONES FIELES, INCORRUPTAS, DE LA PURA Y SOLA PALABRA DE DIOS, SIN NOTAS NI COMENTARIOS!

Tal es nuestro prop�sito vital. Es por, en y para lealtad al Se�or, a su Palabra y a la Causa de Sociedades B�blicas, que estas p�ginas fueron escritas. Que no se confundan sus t�rminos (por mentes insensatas) con la hediondez del prurito o erosi�n carnal propios del esp�ritu de contenci�n.

(3) El prop�sito devocional, completa a los dos anteriores, en cuanto los acompa�a con una oraci�n:

Que el Se�or quiera usar estas p�ginas para reavivar en Sus siervos, el amor a Su Palabra. Que en estos postreros d�as de tanta apostas�a, podamos estar firmes "Por la Palabra de Dios y el Testimonio de Jesucristo" (Ap. 1: 9). Y que mientras llega el anhelado d�a de Su venida por nosotros (Jn. 14:1-3; 1 Ts. 4: 16-18), sigamos Sus pisadas andando fielmente la senda marcada, no olvidando jam�s que: "L�mpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino" (Sal. 119: 105)

Una Palabra fiel y un pueblo fiel, para un testimonio fiel. Hasta que El venga. �As� sea; Am�n!

Fraternalmente (He. 13: 1) ,

Armando Di Pardo

Setiembre de 1972, West Collingswood, N. Jersey, USA.

CAPITULO I

EL SELLO DE AUTENTICIDAD Y AUTORIDAD LITERARIA

".... Preguntad por las sendas antiguas..." (Jer.6:16)

La ex�gesis tiene mucho que decir respecto del texto con que intitulamos esta primera parte de nuestro informe. Pero perm�tasenos tomar solamente su obvia exhortaci�n y usarla como una analog�a para as� inmediatamente inquirir:

�D�nde est� el Sello Antiguo, de Autenticidad y Autoridad Literarias, que ten�a la Versi�n Castellana "Reina�Valera" de las Santas Escrituras, en la frase de su t�tulo? �Pues ha desaparecido!

LOS HECHOS

Por espacio de 51 a�os (1909-1960), la Sociedad B�blica Brit�nica y Extranjera, luego Sociedades B�blicas Unidas, nos dieron una Versi�n de las Santas Escrituras en idioma Castellano, que, por su alta fidelidad a los Textos de los idiomas originales Hebreo y Griego y por la hermosura de su estilo, lleg� a ser muy amada por sus amigos y hasta respetada por sus enemigos: la Versi�n de 1909, conocida popularmente hoy d�a como la Versi�n Antigua.

En su primera p�gina impresa, la frase de su titulo, dec�a:

"LA SANTA BIBLIA.

ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO.

ANTIGUA VERSI�N DE CASIODORO DE REINA (1569) REVISADA POR CIPRIANO DE VALERA (1602), Y COTEJADA POSTERIORMENTE CON DIVERSAS TRADUCCIONES Y CON LOS TEXTOS HEBREO Y GRIEGO"

Huelga decir que esa frase no traduce a los Textos originales de las Escrituras, pero sus �ltimas palabras se relacionan con ellos y por lo que implica la entera �ltima sentencia, resultan de suprema importancia para nuestra Versi�n Castellana: "Y COTEJADA POSTERIORMENTE CON DIVERSAS TRADUCCIONES Y CON LOS TEXTOS HEBREO Y GRIEGO". T�cnicamente, esas palabras pueden definirse como la "correlaci�n documental" de la Versi�n, al dar cuenta de su debido cotejo, no s�lo con "otras traducciones", sino "con los textos Hebreo y Griego". Por lo tanto, vienen a resultar el Sello de Autenticidad y Autoridad Literarias de nuestras Biblias en idioma Espa�ol.

De hecho: toda Versi�n B�blica, o sea, toda traducci�n de las Escrituras, debe llevar alguna constancia que informe de qu� idiomas fue traducida. Debe saberse, ni bien se abre una Biblia, si se trata de una traducci�n de los originales Hebreo y Griego o; caso contrario, si se trata de una traducci�n de otras traducciones y en tal caso de cu�les (Septuaginta, Sir�aca, Vulgata Latina, etc.). Y toda Sociedad B�blica que se precie, tomar� especial cuidado de que ese sello no falte, pues adem�s de autenticar la Versi�n, va en ello colateralmente involucrada y comprometida, su propia honestidad y responsabilidad. Es una cuesti�n de �tica profesional y Cristiana.

Pero: en las �ltimas entregas de la Versi�n Antigua, las Sociedades B�blicas han quitado aquel sello. Y en su lugar han puesto: "OTRAS REVISIONES: 1862; 1909".

Adem�s, en la nueva Biblia Revisi�n de 1960, ese sello tampoco aparece, ley�ndose en cambio: "OTRAS REVISIONES: 1862, 1909, 1960". De modo que actualmente tenemos: (1) Biblias Versi�n Antigua, unas con la nota y otras sin ella; (2) Biblias Revisi�n de 1960 sin la nota.

Cabe preguntar: �Por qu� fueron quitadas esas palabras de la Versi�n Antigua? La pregunta es pertinente, pues los procedimientos demuestran una dualidad de criterio, que lo sagrado de la materia exige clarificar.

Naturalmente, no se nos escapa que quiz� lo �nico que se tuvo en mente fue el deseo de simplificar y codificar la frase uniformando su enunciado. Pero tampoco se nos escapa que el criterio prevalente fue absolutamente negativo. Lo positivo hubiera sido perfeccionar la frase y no cercenarla. Muy ligeros cambios bastaban para lograrlo. Por ejemplo: OTRAS REVISIONES: 1862, 1909. COTEJADA CON DIVERSAS TRADUCCIONES Y CON LOS TEXTOS ORIGINALES HEBREO Y GRIEGO. Tal o parecida redacci�n hubiera dejado la frase esencialmente intacta y a�n enriquecida. Pero no se obr� as�. Se opt� por la supresi�n de una constancia vital y, como resultado; quien abra las actuales Biblias, no sabr� si nuestra Versi�n Castellana tiene o no alguna relaci�n con los Textos originales Hebreo y Griego, o si es una simple traducci�n de otras traducciones. Se ha dejado, pues, a la Versi�n Castellana, sin dar raz�n de sus fuentes.

Tan negativa digitaci�n, �duele decirlo� transparenta serias lagunas en la reflexi�n de los responsables: (a) inadecuada captaci�n de los valores, pues han sacrificado algo que es esencial para enfatizar �nicamente a lo segundo en el orden; (b) falta de percepci�n o falta de estimaci�n adecuada, de las consecuencias reales y probables de tal acci�n; (c) lamentable falta de consideraci�n para con la misma Palabra de Dios que nos ha sido dada en la Versi�n Antigua y para con las Iglesias que perseveran en su exclusivo uso, como tambi�n para con los funcionarios y Sociedades B�blicas del pasado que redactaron e imprimieron la primitiva frase, y finalmente, para con la Revisi�n de 1960 y las Iglesias que confiadamente la han adoptado.

LAS CONSECUENCIAS

(1) La Palabra de Dios y, colateralmente, sus antiguos publicadores, quedan expuestos innecesariamente a injusta cr�tica y a�n tra�dos bajo sospecha de inexactitud o error. En efecto: t�mese la Versi�n Antigua y consid�rese lo que implica que antes ten�a un sello de autenticidad documental y ahora le ha sido quitado. �Por qu�? Cualquier suposici�n es posible. T�mese la Revisi�n de 1960 que carece de constancias. �Por qu�? Cualquier suposici�n es posible. �Y qu� de los funcionarios y Sociedades B�blicas del pasado? �Se equivocaron cuando redactaron la nota o fueron muy atrevidos en mencionar "originales"? En �ltimo an�lisis, sombras de descr�dito y a�n de duda pueden ser echadas sobre un pasado, que, sin merecerlo, puede ser tra�do a reexamen y sujeto a veredicto de competencia.

(2) Ne�fitos quedan imprudentemente expuestos a todo viento de tendencias antag�nicas. Quien abr�a una Biblia Versi�n Antigua que ten�a la nota, quedaba inmediatamente informado de que los idiomas originales eran el Hebreo y el Griego y que esa Biblia hab�a sido cotejada con ellos, de modo que ten�a en sus manos documentos fidedignos y confiables. Pero ahora, sin constancias, un ne�fito queda en su ignorancia o en incertidumbre o expuesto a serias dudas ante los avances de cualquier advenedizo interesado en desprestigiar a los Cristianos Evang�licos "y sus Biblias Protestantes"... como algunos las llaman.

(3) La difusi�n de la Palabra de Dios y la obra de colportaje y evangelismo pueden resultar afectadas, pues Biblias sin constancias de fuentes de origen, quedan en desventaja ante otras que las tienen. Y tal hecho se torna candente, si se considera que Biblias Cat�licorromanas, en este punto, sacar�n ventaja en una confrontaci�n.

(4) Biblias Evang�licas disminuidas o en desventaja ante las discutibles Versiones Cat�licorromanas. ("discutibles" s�, por la inclusi�n en ellas de los libros ap�crifos y por el tenor de muchas de sus notas, adem�s de otras consideraciones de car�cter textual)

Por v�a de ejemplo: En la Versi�n Castellana editada por el Centro de Ediciones Paulinas en el a�o 1964 y distribuida a trav�s del mundo (tanto as� que nuestro ejemplar lo adquirimos en una tienda de la Ciudad de Filadelfia USA) se han impreso nada menos que siete veces, constancias de validez documental: dos veces en la sobrecubierta, una en su interior, luego en p�ginas II, III y X, repiti�ndose vez tras vez: "LA SANTA BIBLIA. TRADUCCI�N DE LOS TEXTOS ORIGINALES AL ESPA�OL", y finalmente, en p�ginas XX, XXI y XXIII, sendas notas sobre los Textos Hebreo y Griego. Ciertamente, no hace falta ser perito en el arte de la comunicaci�n, para apercibirse de que tan excesivo �nfasis contiene una sobre carga de intenci�n psicol�gica que bien puede tener dos alcances: por un lado, un obvio efecto propagand�stico que puede pasar por candorosa estima y alta recomendaci�n de la Versi�n ante cualquier lector, y por otro lado, filosidad de espada apuntando sutilmente "a priori" con intenci�n apolog�tica.

Ellos no se descuidan y saben cubrir todas las eventualidades, a�n a riesgo de notoria oficiosidad. Y aunque nada de ello nos arredre, el hecho permanece: la Biblia Cat�lico�Romana editada por el Centro de Ediciones Paulinas, tiene siete protestas de autenticidad documental, contra ninguna en las Biblias Evang�licas editadas por Sociedades B�blicas Unidas.

Y debe ser dicho: la Palabra de Dios no debi� jam�s ser colocada en esa posici�n, ni tampoco lo merec�an las Iglesias Evang�licas de habla Hispana.

LA DEMANDA

Razones de B�blica autenticidad; razones de Evangelismo y Apolog�tica; razones de dignidad y concepto Evang�licos; razones de �tica profesional y Cristiana, demandan que las Sociedades B�blicas Unidas vuelvan a imprimir la frase con el sello de autenticidad documental, en la Versi�n Antigua de las Sagradas Escrituras en idioma Castellano.

Caso contrario, quedar� latente la interrogante desprendida de nuestra analog�a del principio: �Qu� hab�is hecho de las "sendas antiguas"?

 

CAPITULO II.

T�tulos incorporados indebidamente al Texto B�blico

"No a�adir�is a la palabra que yo os mando, ni disminuir�is de ella" (Dt.4:2)

Previamente, recordemos aqu� que la Biblia Versi�n Antigua tiene ciertas sentencias sucintas �no t�tulos� impresas fuera del Texto B�blico (en la parte superior de las p�ginas) y en tipo de letra diferente (letra bastardilla). Tal proceder es correcto, pues no permite que esas inscripciones sean confundidas con el Texto. Adem�s, sus enunciados son sanos, lo cual las hace �tiles

Pero: en la nueva Biblia Revisi�n de 1960, esas sentencias marginales han sido eliminadas y en su reemplazo, han sido incorporados al Texto B�blico, ciertos "T�TULOS" sobre "SECCIONES" de la Palabra de Dios; impresos con id�ntico tipo de letra que el usado para el Texto pero en realce (en letra negrita), y sin advertencia alguna para el lector.

"SECCIONES" y "T�TULOS". As� los definieron las mismas Sociedades B�blicas, en un folleto titulado: "La Biblia Reina�Valera. La Revisi�n de 1960", pag. 6: "una caracter�stica interesante de esta nueva edici�n de la Biblia, es la divisi�n del texto en secciones y el uso de t�tulos con el fin de identificar el contenido de cada secci�n". Y agrega: "As� podr� el lector reconocer de inmediato no solamente los pasajes familiares, sino tambi�n el sitio donde comienza y termina cada secci�n" (El subrayado es nuestro).

Tales hechos, no deben ser aceptados sino protestados, por las siguientes razones:

(1) Porque esos "t�tulos" no se hallan en los Textos originales Inspirados por Dios. Por lo tanto, el hecho de incorporarlos al Texto, constituye flagrante transgresi�n al mandato de "no a�adir" a la Palabra.

(2) Porque esa "presencia" dentro del "corpus" B�blico, los hace aparecer como si fueran tan Inspirados por el Esp�ritu Santo como el Texto mismo y, consecuentemente, como teniendo igual autoridad, inerrabilidad y derechos hermen�uticos (derechos de ser interpretados y de ser partes en la interpretaci�n del entero pasaje). Todo ello es arbitrario; y es peligroso, pues si el enunciado de esos "t�tulos" no fuera correcto, inducir�n a error y afectar�n al significado del Texto.

(3) Porque, en sana doctrina, no puede esperarse la asistencia del Esp�ritu Santo a una tarea que el mismo Esp�ritu no puede aprobar. Luego: tales "t�tulos", no tienen autoridad divina sino humana; son el mero fruto de estimaciones subjetivas de comentadores falibles, hu�rfanos del auxilio de Dios; y podr�n ser quiz� buenos o quiz� malos, con probabilidad mayor de lo segundo, sea por errar en la captaci�n del contenido de la "secci�n" intitulada, u omitir, reducir, o exceder, sus hechos y significados. Y en vez de ayudas, pueden resultar piedras de tropiezo.

(4) Finalmente, porque esos "t�tulos" (sospechables) han sustituido a excelentes sentencias marginales de la Versi�n Antigua, cambio tambi�n indebido. Es importante notar aqu�, que, el caso con la Revisi�n de 1960 tiene dos lados: (a) no se trata solamente de lo que ha sido incorporado a la misma, sino (b) se trata tambi�n de lo que ha sido quitado de la Versi�n Antigua para ello, sin que mediara ninguna raz�n de fundamento: ni textual, ni exeg�tica, ni idiom�tica!

EXAMEN DE ALGUNOS "TITULOS"

Se impone, pues, examinar tales "t�tulos", lo cual haremos seguidamente, considerando algunos ejemplos de menor o de mayor cuant�a, pero todos igualmente sintom�ticos.

i. Sobre �xodo 36: 2-7

La Revisi�n de 1960 lee: "Mois�s suspende la ofrenda del pueblo".

"Suspende", de "suspender", significa en el uso com�n "hacer cesar moment�neamente". Pero, seg�n el texto, Mois�s mand� que las ofrendas cesaran no moment�nea sino definitivamente, porque el pueblo tra�a m�s de lo que era menester para la construcci�n del Tabern�culo, �y sobraba! (v. 5 a 7).

Es obvio que el "t�tulo" ha restringido los hechos esenciales del pasaje, pues reduce el alcance de la orden de Mois�s y nada dice de la bendita causa que la fundament� y que puede ser de gran est�mulo para nosotros hoy.

Una idea cabal del "contenido de la secci�n", la hubiera dado, por ejemplo: "Mois�s manda cesar las ofrendas del pueblo, pues sobreabundaban", o cosa as�.

ii. Sobre Nehem�as 7: 1-4

La Revisi�n de 1960 lee: "Nehem�as designa dirigentes".

"Dirigentes" ("los que dirigen", en sentido de "gobernar"), es una palabra que debe usarse con cuidado, pues suele aplic�rsela indebida y abusivamente.

En la secci�n intitulada, s�lo en el v. 2 se nombra a Hanani, hermano de Nehem�as y a "Hanan�as pr�ncipe del palacio de Jerusalem", como principales. Pero en los v. 1 y 3, se nombran porteros, cantores, Levitas, guardas (o centinelas y guardianes), y tal variedad de oficios y funciones ciertamente no est� representada en el "t�tulo", que resulta as� incompleto. Todo el �nfasis ha sido cargado en el v. 2 y nada dice de las otras partes de la secci�n. Adem�s de eso, est� la potencial dificultad de que un lector poco avisado no se aperciba de ello y piense que "dirigentes" vale para todos los oficios mencionados en la entera secci�n y hasta pueda ser inducido a ciertas comparaciones o analog�as incorrectas.

"Nehem�as asigna distintos cargos y tareas" nos parece hubiera sido mejor.

iii. Algunos "t�tulos" en el libro de Job.

(a) Sobre Job cp. 7: "Job argumenta contra Dios".

(b) Sobre Job cps. 16 y 17: "Job se queja contra Dios".

Aqu� tratamos con asuntos m�s graves.

No es constructivo enfatizar solamente lo antag�nico: "Job... contra Dios", dejando de lado otros aspectos del texto que �por lo menos� insinuar�an que una actitud tal est� b�sicamente equivocada y dar�an, adem�s alguna idea de la turbaci�n espiritual de Job y los encontrados sentimientos que agitaban en tales momentos su atribulado coraz�n, como Job mismo lo declara: "Hablar� en la angustia de mi esp�ritu y me quejar� con la amargura de mi alma" (7:11); "mi rostro est� enlodado con lloro..." (16:16).

Cu�n distinta 1a Versi�n Antigua, que, se�alizando el cp. 7, dice: "Job... justifica sus lamentos"; y sobre cps. l6 y 17: "Qu�jase Job de sus amigos y se lamenta de su mal"; expresiones m�s respetuosas del texto y adem�s, reverentes.

(c) Sobre Job cp. 24, la Revisi�n de 1960 ha puesto: "Job se queja de que Dios es indiferente ante la maldad".

Caso grav�simo. Tal "t�tulo" no es correcto, ni sensato, ni edificante en modo alguno (comparar Ef. 4: 29). No es correcto, porque no capta ni refleja el real sentido del texto. No es sensato, porque por su modo de expresi�n facilita motivos a la m�s extrema l�nea de pensamiento izquierdista�revolucionario de quienes gritan "la religi�n es el opio de los pueblos" y que "hay que hacerse justicia por las propias manos", etc. No es edificante, porque a simple vista produce la impresi�n de que Job tuviera raz�n y que Dios ha sido hallado en posici�n reprochable, como si fuera una Deidad ap�tica o insensible ("indiferente" tienen tambi�n esas acepciones), lo cual cae en el error del "De�smo", falsa doctrina que dice que Dios se desentiende de sus criaturas, entre otros errores. �S�quese, por favor tal "t�tulo"!

Lo grave del caso en foco, nos obliga a tratar con alg�n detalle la pregunta latente: �Cu�l es el real sentido del cap�tulo 24 del libro de Job?

Para ayudarnos a captarlo, recapitulemos 1os hechos hasta ese momento: Job pasaba por aflicciones terribles cuyas reales causas desconoc�a (cps. 1 y 2) y tres de sus amigos le acusaban de estar bajo "castigo" de Dios (Eliphaz: cps. 4:8,9; 5:17, 18 y 15:l-6; Bildad: cp. 8:4-7, 20; Sophar: cp. 11:1-6, 20), pero Job rechazaba tales acusaciones porque ten�a conciencia de no haber faltado (cps. 6:24-30; 9: 17; 10: 7; 16:17 y 23:10-12) y, aunque confesaba: "la mano de Dios me ha tocado" (cp. 19:21), �l sent�a en su coraz�n que no era como "castigo", sino por lo que �l llam� "determinaciones" de Dios:

"Empero si �l determina una cosa, �qui�n lo apartar�? El pues acabar� lo que ha determinado de m�; y muchas cosas como �stas hay en �l. Por lo cual yo me espanto en su presencia; considerar� y temer�lo". (cp. 23:13-15) .

Tal el sentir de Job: Dios hab�a determinado que �l padeciera sin que supiese por qu�; "y muchas cosas como estas hay en �l", dice Job; y entre esas "muchas cosas" estaban tambi�n las determinaciones de Dios para con los imp�os, a quienes Job describe en el cp. 24 (ver tambi�n el cp. 21), como obrando sin impedimento y sin ser castigados en el curso de su vida en este mundo (cp. 24:1-12). Hasta all� los hechos.

Inquiramos ahora: �Trajo Job a colaci�n a los malvados como ocasi�n para quejarse de que "Dios es indiferente ante la maldad"?

�En ninguna manera! La raz�n es: Job, ante las acusaciones de sus amigos y la negaci�n de �stos a aceptar su integridad e inocencia, trae entonces a colaci�n los hechos de los imp�os y su impunidad presente, como un argumento comparativo para probar, por contraste, su sufriente rectitud. Es como si les dijera: �Vosotros me acus�is de estar bajo "castigo" de Dios como si yo fuera un malvado: ahora yo os muestro que los malvados no son "castigados" en esta vida. Aceptad entonces que yo no soy malvado ni estoy bajo castigo, sino que padezco a pesar de ser justo, porque Dios as� lo ha "determinado" acerca de m�.

Esa es la raz�n. Job estaba tratando por todos los medios l�gicos, razonables, que sus amigos comprendieran su situaci�n y le ayudaran a inquirir la m�s Alta Luz sobre su terrible experiencia. Job no se estaba "quejando" contra Dios; estaba refutando a sus amigos, a quienes ten�a por doblemente equivocados: (1) equivocados respecto de Job, al dar por sentado que si sufr�a era porque hab�a cometido faltas; (2) equivocados respecto de Dios, al atribuirle estar castigando a Job por tales supuestas faltas; todo lo cual no era as�. Tan seguro estaba Job de ello, que los desaf�a dici�ndoles: "Y si no, �qui�n me desmentir� ahora, o reducir� a nada mis palabras?" (cp. 24:25). Sus amigos no lo pudieron.

En segundo lugar: �Interpret� Job que la impunidad presente con que obran los imp�os, significaba que "Dios es indiferente ante la maldad" ?

La respuesta es un enf�tico: �NO! Damos cuatro razones para ello:

Primera raz�n: Job 23: 15. All� leemos que Job, despu�s de hablar de las "determinaciones" de Dios, dice: "Por lo cual yo me espanto en su presencia, considerar� y temer�lo". Y nos parece que una "Deidad" que fuese "indiferente ante la maldad", no podr�a inspirar espanto ni temor en un hombre de la integridad moral de Job, sino repudio, pues carecer�a de toda sensibilidad �tica, justicia y santidad, y adem�s, de amor y compasi�n para con sus propios siervos justos y sufrientes. No a Dios, sino al Diablo, corresponde tal descripci�n. Es necedad y a�n blasfemia, pensar siquiera que "Dios es indiferente ante la maldad"; y Job no era necio, sino sabio; Job no era blasfemo, sino un siervo reverente y temeroso del verdadero Dios.

�Por qu� entonces, se espantaba y tem�ale? Porque le anonadaba pensar en la majestad, soberan�a y decretos inescrutables de Dios, que estaban fuera de su alcance, aunque Job mismo no estaba fuera del alcance de sus manifestaciones y efectos.

Segunda raz�n: Job 24:12. Al final de ese vers�culo, la Versi�n Antigua lee: "M�s Dios no puso estorbo", es decir, Dios no estorb� la acci�n de los imp�os. La Revisi�n de 1960, en cambio, siguiendo otras Versiones, dice: "Pero Dios no atiende su oraci�n", lo cual refiere al clamor de los que sufr�an a manos de los imp�os. Creemos m�s correcta la traducci�n de la Versi�n Antigua que sigue al Texto Hebreo reconocido y, adem�s se refiere directamente a la acci�n de los malvados, que es precisamente el punto en foco.

De esa parte del vers�culo, parecer�a ser que la Revisi�n de 1960 dedujo su "t�tulo": "Job se queja de que Dios es indiferente ante la maldad". Si de all� lo dedujo se excedi� en mucho, pues Job no est� all� hablando ni ir�nica, ni interpretativamente, ni quejosamente de los hechos, sino "descriptivamente", es decir, relat�ndolos tal como �l los ve�a acaecer aqu� sobre la tierra.

Pero, se arg�ir�, si Job dijo: "M�s Dios no puso estorbo": �no significa eso "indiferencia" por parte de Dios?

��En ninguna manera! Desc�rtese totalmente, por blasfema, tal insinuaci�n. Lo m�ximo que una ex�gesis sana y reverente puede extraer de las palabras de Job es que Dios, al no poner estorbo, "permiti�" obrar a los malvados. Y jam�s se olvide que "permitir", en acepci�n divina, podr� significar "paciencia", "tolerancia" y "longanimidad", �pero jam�s "indiferencia de Dios ante la maldad"!

�Pero, se insistir�: �no pudo ser, acaso, que Job interpret� entonces esa "permisi�n" de Dios como si fuera "indiferencia" y por eso se quej�, sin apercibirse que al hacerlo incurr�a impl�citamente en blasfemia?

�En el terreno de las conjeturas, cualquier cosa se puede decir. Lo mejor ser�a pregunt�rselo directamente a Job... cosa que por el momento no podemos hacer. Pero, si hemos de atenernos a lo que est� escrito, tanto en el cp. 24 como en el entero libro de Job, entonces la respuesta a tal pregunta es un enf�tico �NO! Para poder concebir y para poder aceptar el "t�tulo" de la Revisi�n de 1960, se debe cometer la siguiente serie de errores: "interpretar" el texto de modo tal que se deduzca que Job "interpret�" subjetivamente los hechos como evidenciando "indiferencia" de Dios ante la maldad y, despu�s de eso "interpretar" que Job en reacci�n, se "quej�" de ello contra Dios; o sea: se debe especular subjetivamente, dentro del texto y dentro de Job... y errar en ambos campos, al punto de hacer que Job, en forma inconsciente, formule una queja que equivale a una blasfemia. (!) Tal aberraci�n se har� m�s y m�s evidente, al tratar los dos puntos siguientes.

Tercera raz�n: Job 24:20, 23 y 24. En el v. 20, leemos: "... como un �rbol ser�n los imp�os quebrantados". L�gicamente, eso refiere a su muerte. Pero a�n as�, obs�rvese la fuerza de la expresi�n, como un �ndice de juicio. Luego, refiri�ndose ya expl�citamente al tiempo presente, Job dice: "Sus ojos (los ojos de Dios) est�n sobre los caminos de ellos (de los malvados)" (v. 23) y ciertamente, si Dios les controla todos sus pasos, luego no es "indiferente" ante su maldad. Finalmente leemos: "Fueron ensalzados por un poco (en la brevedad del tiempo presente) m�s desaparecen (por la muerte); ser�n encerrados y cortados (juicio y castigo hay all�) como cabezas de espigas" (se les permiti� llegar a la madurez para que dieran todo el fruto de su maldad, d�ndoles Dios, en su longanimidad, tiempo o "largas" (comp. Is.48:9) para que colmen la medida de sus abominaciones, queden sin excusa delante de El y acumulen ira para el d�a de la ira), (v. 24) . Hemos ido dando algunas ideas del significado del texto para que se haga claro que Job no habla all� de "indiferencia" de Dios, en lo m�s m�nimo.

Obs�rvese que ninguno de esos vers�culos del cp. 24, ha sido tenido en cuenta por la Revisi�n de 1960, que olvid� as� una de las m�s elementales reglas de la Hermen�utica: la ley del contexto. Y obs�rvese de paso, que estos vers�culos favorecen totalmente la lectura de la Versi�n Antigua en el v. 12: "Dios no puso estorbo", o sea, Dios les permiti� obrar pero bajo control y hasta que les llega el d�a, lo cual prueba, adem�s, que Dios atendi� la oraci�n de los sufrientes y la contest� en Su tiempo.

Cuarta y �ltima raz�n: Job 42: 7,8. Aqu� tenemos la prueba definitiva: el testimonio nada menos que de Dios mismo, seg�n lo hallamos al final del libro, cuando el Se�or dice a Eliphaz:

"Mi ira se encendi� contra ti y tus dos compa�eros: porque no hab�is hablado por m� lo recto, como mi siervo Job" (v. 7);

" ...por cuanto no hab�is hablado por m� con rectitud, como mi siervo Job". (v. 8).

Obs�rvese: Si la ira de Dios se encendi� sobre los tres amigos de Job, porque no hab�an hablado por Dios lo recto, ciertamente Dios NO ES indiferente ante la maldad. Pero el punto ahora es: Si Job se hubiera quejado de que lo fuera (como lo afirma la Revisi�n de 1960), ese era el momento en que Dios lo hubiera reprendido como lo hizo con sus tres amigos. Pero Job no fue reprendido, sino aprobado por lo que habl� respecto de Dios; luego: �Job jam�s incurri� en el pecado de quejarse de que "Dios es indiferente ante la maldad"!

Por lo tanto, la Revisi�n de 1960: (1) no habla lo recto al hablar de Job, pues con lo que pone en su boca, tergiversa el sentido de sus palabras; (2) tampoco habla lo recto de Dios, pues por v�a indirecta, hace que Job lo haga aparecer como siendo "indiferente ante la maldad" lo cual es blasfemia; (3) contradice el testimonio que el mismo Dios dio de los dichos de Job a su respecto; (4) ha introducido con su err�neo "t�tulo", un error dentro del corpus B�blico y con ello induce a errar al lector; (5) debe pues ser corregida perentoriamente. La mera presencia de "t�tulos" como el que nos ocupa, basta para justificar que se la devuelva a sus editores responsables.

�Cu�n distinta la Versi�n Antigua!, la cual, siguiendo de cerca la ilaci�n de los hechos, se�aliza la entera secci�n (cps. 23 y 24) diciendo al margen: "Job afirma su inocencia y describe a los malvados"; sentencia simple, pero reverente y objetiva, que no incursiona en especulaciones subjetivas err�neas como lo hizo la Revisi�n de 1960. Es preferible.

Ya podr�amos concluir nuestro an�lisis, pero, para beneficio del lector, hag�monos una �ltima pregunta: ��Cu�l era el real problema en la conciencia de Job?

El mismo Job lo declara, cuando dice a Dios: "Hazme entender por qu� pleiteas conmigo" (cp. 10:2 comp. 13: 23). Ese es el meollo del asunto. Si Dios hab�a "determinado" que Job padeciera: �Por qu� lo hab�a determinado? �Cu�les eran las causas y los prop�sitos de tal determinaci�n? Job, al llegar en su experiencia a la etapa del cp. 24, todav�a no ten�a luz sobre el asunto. Reci�n cuando el mismo Dios se mostr� a Job, �ste comprendi�; y quebrantado delante del Se�or (cp. 42: 1-6), se arrepinti� de su secreto orgullo de justicia propia. Luego de ello, todo le fue tornado en doblada bendici�n (cp. 42: 10-17); y, como leemos en la ep�stola de Santiago: "He aqu�, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Hab�is o�do la paciencia de Job y hab�is visto el fin del Se�or, que el Se�or es muy misericordiosa y piadoso". (Stgo. 5: 11).

d) Sobre Job cp. 25, la Revisi�n de 1960 ha puesto: "Bildad niega que el hombre pueda ser justificado delante de Dios".

Otro "t�tulo" que debe ser corregido, pues parece indicar que "nadie" puede justificar al hombre, lo cual no es cierto, pues Dios s� puede justificarlo.

Naturalmente, Bildad no est� all� discutiendo la Gracia de Dios, de la cual nada sab�a, pero tampoco dice lo que la Revisi�n de 1960 le hace decir. Lo �nico que en forma impl�cita afirma, es que el hombre no puede justificarse a s� mismo delante de Dios, lo cual es muy distinto del "t�tulo" y, adem�s, es cierto.

Por lo tanto, corr�jase ese "t�tulo" y clarif�quese bien el concepto del texto, pues tal como est� se presta a serios equ�vocos y adem�s, para cualquier experto, puede que tenga cierto husmillo a "modernismo"... �Cuidado con ello!

iv. Sobre Salmo 10

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "Plegaria pidiendo la destrucci�n de los malvados".

Otro t�tulo interpretativo y recargado. La Versi�n Antigua dice: "Audacia e impiedad de los malvados", declaraci�n m�s de acuerdo con el esp�ritu del texto y que no hab�a raz�n alguna para cambiar.

v. Eliminaci�n del t�rmino "MES�AS", en t�tulos sobre cl�sicos pasajes Mesi�nicos.

(a) Sobre Salmo 22, la Versi�n Antigua dice: "Descripci�n prof�tica de los sufrimientos del Mes�as".

Pero a los se�ores "revisores", les molest� eso del "Mes�as" y la impl�cita referencia a la Cruz del Se�or Jesucristo; desecharon tan santas palabras, correctas exeg�tica, doctrinaria e idiom�ticamente considerada y, sin ninguna raz�n v�lida, las reemplazaron con expresiones de mero lirismo en un "t�tulo" inexpresivo, min�sculo, que dice: "Un grito de angustia y un canto de esperanza".

�Por qu� tal cambio? �Para no "ofender" la incredulidad culpable de Jud�os rebeldes y "modernistas" ap�statas, enemigos a una de la Cruz de Cristo?

(b) Sobre Salmo 69, la Versi�n Antigua dice: "Abatimiento del Mes�as".

Pero otra vez los se�ores "revisores" desecharon la referencia Mesi�nica, para reemplazarla con su l�rico sonsonete: "Un grito de angustia" �Por qu�?

(c) Sobre Isa�as cp. 53, la Versi�n Antigua dice: "Sufrimientos del Mes�as". Pero los se�ores "revisores" sacaron deliberadamente la palabra "MES�AS" y en su lugar pusieron "Siervo de Jehov�".

Por supuesto, no se nos escapa que la "secci�n" intitulada por la "Revisi�n de l960" (que cubre Isa�as 52:13 a 53:12), tiene dos veces la expresi�n "Siervo de Jehov�" (52:13 y 53:11) y que por lo tanto no es incorrecto, desde ese punto de vista, el "t�tulo" nuevo.

Pero tenemos una seria objeci�n: �Por qu� los se�ores "revisores" desecharon la palabra "MES�AS" que ten�a la Versi�n Antigua? �Acaso el "Siervo de Jehov�" NO ES el Mes�as, o sea, el Se�or Jesucristo?

La Versi�n Antigua, al decir: "Sufrimientos del Mes�as", concuerda con lo que dijo Felipe el Evangelista cuando explic� esa misma "secci�n" de Isa�as al eunuco de Candace (Hechos 8:34, 35) . La cuesti�n es entonces: �Por qu� la Revisi�n de 1960 quit� lo que dec�a la Versi�n Antigua, que estaba bien expresado exeg�tica y doctrinalmente y bien expresado en correcto y corriente idioma castellano? �Lo hizo para no comprometer opini�n ni ofender a la incredulidad de jud�os rebeldes y "modernistas" ap�statas que dicen que "Siervo de Jehov�" no tiene nada que ver con la persona del Mes�as, sino �as� dicen� con el "sufriente pueblo de Israel?"

Los se�ores "revisores" al hacer tal cambio, ya se comprometieron: pero no a favor de Felipe el Evangelista, ni Spurgeon, ni millones de fieles siervos de Dios, sino inclin�ndose sospechosa y culpablemente a�n, a la apostas�a ambiente.

(d) Sobre Miqueas cp. 5, la Versi�n Antigua dice: "Venida y reino del Mes�as". Pero los se�ores "revisores" que evidentemente padec�an de "Mes�asfobia", barrieron otra vez con toda alusi�n Mesi�nica, poniendo en su lugar el siguiente "titulo": "EI reinado del libertador desde Bel�n".

Excusamos decir que el "t�tulo" de la Revisi�n de 1960 contiene un craso error, pues en ninguna parte de Miqueas cp. 5, ni en ninguna parte de la entera Biblia, se dice que ning�n "libertador" reinar� desde Bel�n. La Biblia dice que el lugar desde donde reinar� el Se�or ser� JERUSALEM. (Is. 24:23).

Es evidente: los se�ores "revisores" se muestran como inclinados a las tendencias m�s sospechosas Judeo�Modernistas. La eliminaci�n reiterada del t�tulo "MES�AS" sobre los pasajes Mesi�nicos cl�sicos, lo prueba en alto grado.

vi. Sobre Salmo 49

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "La insensatez de confiar en las riquezas".

La Versi�n Antigua dice: "Vanidad de las riquezas, sabidur�a y honra humanas", sentencia �sta obviamente m�s completa e incisiva. �Por qu� se dej� a un lado?

La Revisi�n de 1960 parcializ� el sentido omitiendo sospechosamente asuntos muy importantes que, adem�s de las cosas materiales, muestran la vanidad del orgullo espiritual del hombre. Muy sugestiva la omisi�n en la Revisi�n de 1960, sin causa que la justifique.

vii. Sobre Salmo 65

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "La generosidad de Dios en la naturaleza".

T�tulo que enfatiza s�lo un aspecto del Salmo y omite lo mejor, lo espiritual que est� contenido en los vers�culos 1 a 5, que transcribimos como prueba de nuestra afirmaci�n:

"Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, y a ti se pagar�n los votos. T� oyes la oraci�n; a ti vendr� toda carne. Las iniquidades prevalecen contra m�; mas nuestras rebeliones t� las perdonar�s. Bienaventurado el que t� escogieres y atrajeres a ti, para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo. Con tremendas cosas nos responder�s t� en justicia, Oh Dios de nuestra salvaci�n..." (Copiado de la Revisi�n de 1960).

La parte m�s preciosa del Salmo, la parte que habla de la oraci�n, el perd�n de nuestras rebeliones, la elecci�n de los escogidos, del templo, del Dios de nuestra salvaci�n, ha sido pasada por alto como si no existiera, para enfatizarse solamente las nubes, las lluvias, los granos, los reba�os, los pastizales...

Muy sugestivo, muy sugestivo... y muy sospechoso. Otra vez los expertos aqu� sienten ese husmillo a "modernismo" que es de lo m�s desagradable. �Cuidado, mucho cuidado!

viii. Sobre Salmo 134

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "Exhortaci�n a los guardas del templo".

Muy pobre la "interpretaci�n" de la Revisi�n de 1960, pues reduce el Salmo a los "guardas del templo", cosa que: (1) si no se interpreta bien puede confundir al lector que puede pensar s�lo en guardias tipo "polic�as" o meramente "porteros" sin apercibirse que tambi�n est�n all� los sacerdotes a cargo de los cultos; (2) no capta que el sentido del v. 3, "Desde Si�n te bendiga Jehov�, El cual ha hecho los cielos y la tierra" (copiado de la Revisi�n de 1960), no es una "exhortaci�n que se da a los guardas", sino que es la respuesta que los sacerdotes del templo daban a los peregrinos, cosa que en cualquier comentario sano sobre los Salmos se puede leer.

De paso, n�tese el af�n de cambiar por cambiar, pues la Versi�n Antigua lee el v. 3 as�: "Bend�gate Jehov� desde Sion" cosa que es mas correcta gramaticalmente y mas reverente espiritualmente pues pone primero a Dios y despu�s al lugar, pero la Revisi�n de 1960 pone primero al lugar y despu�s a Dios. Af�n de cambiar por cambiar y no para mejor, por lo visto.

ix. Sobre Salmo 148

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "Exhortaci�n a la creaci�n, para que alabe a Jehov�".

Este es otro caso parecido al del Salmo 65, en que se enfatizan s�lo los aspectos naturalistas, omiti�ndose otros aspectos m�s importantes. En efecto, el Salmo 148 adem�s de seres y cosas creados; habla tambi�n de reyes, pr�ncipes, jueces, del pueblo del Se�or y de los hijos de Israel, el pueblo a El cercano.

Debi� hacerse distinci�n en el "t�tulo" pues "Creaci�n", aparentemente amplio, no es t�rmino adecuado para las otras obras de Dios que requieren otros procedimientos, motivos y prop�sitos, que el mero Cosmos. La Versi�n Antigua dice: "Exhortaciones (n�tese el plural, significando distinciones) a alabar a Dios". Es correcto. �Por qu� se cambi�?

x. Sobre la secci�n de Proverbios cps. 28 y 29

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "Proverbios antit�ticos".

No nos referiremos aqu� a las sutilezas filos�ficas ni a las implicaciones teol�gicas ultramodernistas contenidas en forma latente en el t�rmino "antit�ticos", pues no creemos que estuvieron presentes ni incidieron en la mente y �nimo de los se�ores "revisores", cuando colgaron ese letrero altisonante dentro de la sencilla Palabra de Dios. H�choles ese beneficio, �qu� tenemos contra el uso de la palabra? �Acaso dentro de la Ret�rica, no significa simplemente: "contraponer frases de distinto significado"? �Y acaso no son de esa clase los proverbios de la secci�n intitulada?

Nada tenemos que objetar a todo ello. Pero hay, un hecho que debemos se�alar y que no puede pasarse por alto. Es que NO SOLO en los cps. 28 y 29 hallamos proverbios de esa clase. Tambi�n est�n y abundan, en los cps. 10, 11, 14 y 15, por citar ejemplos, pero la �Revisi�n", al poner "antit�ticos" solamente sobre los cps. 28 y 29, da la impresi�n que s�lo en esa secci�n se hallan y que por ello s�lo a esa secci�n se la intitul� as�. Y ambas cosas son inexactas.

Adem�s, tenemos el hecho de que se ha desechado lo que dec�a la Versi�n Antigua: "Otros proverbios de Salom�n sobre diversos asuntos", sentencia correcta, que no contiene ninguna palabra en desuso en el idioma Castellano y que, adem�s, reafirma la paternidad Salom�nica del Libro de Proverbios, cosa que concuerda con la evidencia interna (ver cp. 1:1). Pero la Revisi�n de 1960 borr� de sus "t�tulos" tal paternidad, cosa que alguien podr�a interpretar como incursi�n en el campo de la Cr�tica Literaria negativa... �pero no entremos en tales disquisiciones.

Otra vez nos vemos obligados a preguntar: Por qu� tanto af�n por cambiar?

xi. Sobre Hechos 1:12 a 24

La Versi�n Antigua dice: "Elecci�n de Mat�as".

Pues oiga usted esto, querido hermano: la Revisi�n de 1960 se sinti�, al parecer, en el honroso deber de vindicar tan horrenda omisi�n de "Judas", as� es que desech� el enunciado de la Versi�n Antigua y colg� este "t�tulo": "Elecci�n del sucesor de Judas". �Qu� prurito de cambiar, sin ninguna raz�n!

Adem�s eso de "SUCESOR" debi� tener alg�n aditamento que indicara el car�cter de esa "sucesi�n", dadas las implicaciones del caso pues tal como ha sido usado el t�rmino, resulta incorrecto si se lo coteja con el pasaje. Por ejemplo, el ap�stol Pedro dijo: "uno sea hecho con nosotros testigo de su resurrecci�n", (v.22) y en esto, Mat�as NO SUCEDE A JUDAS, pues el traidor no fue testigo de la resurrecci�n del Se�or Jesucristo. Estos aspectos no est�n incluidos, es obvio, en la sentencia de la Versi�n Antigua, pero al menos el �nfasis de �sta va sobre el electo, un santo testigo; pero el �nfasis de la Revisi�n de 1960 refiere a un hijo del Diablo.

xii. Sobre Ia Tes. 2:17 a 3:13

La Versi�n Antigua dice: "El amor de Pablo".

Pero la "Revisi�n de l960" �pues hermano, hay que cambiar� pone: "Ausencia de Pablo de la Iglesia". Otro cambio de frase totalmente innecesario, con el consiguiente cambio de �nfasis. La Versi�n Antigua enfatiza el amor del ap�stol, pero la Revisi�n de 1960 enfatiza su ausencia de la Iglesia... cosa �sta que si no se interpreta convenientemente puede resultar contraproducente.

xiii. Sobre Tito 1:5 a 16

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "Requisitos de ancianos y obispos".

La Versi�n Antigua, por razones de compaginaci�n, no se�ala los versos 5 a 8 de esa secci�n, que son los �nicos que tratan sobre ancianos, pero se�ala la Secci�n mayor, que comprende los vers�culos 9 a 16 del pasaje y dice: "Los falsos maestros".

Tan importante porci�n del pasaje que trata de tan grave asunto, fue descartada por la Revisi�n de 1960 al redactar su "t�tulo". �Por qu�? Hubiera podido redactarlo as�: "Requisitos de ancianos y prevenci�n sobre falsos maestros" �Verdad?

Adem�s, el uso de la conjunci�n copulativa "y" en su t�tulo "Requisitos de ancianos y obispos", trae problemas, pues induce al lector a pensar que "ancianos" es una clase de oficio y que "obispos" es otra; cosa que, si bien hace aparecer a la Revisi�n de 1960 favoreciendo formas de gobierno eclesi�stico discutibles (como la "episcopal" por ej.), la coloca irremisiblemente en contra de las claras ense�anzas del Nuevo Testamento que establecen que "ancianos" u "obispos", son uno y el mismo oficio y que la diferencia de palabras no significa "jerarqu�as" de los obispos sobre los ancianos, sino que simplemente se�alan diferentes aspectos del mismo ministerio: el ministerio de los pastores de la Iglesia local. (Consid�rese, al respecto: los vv. 5 y 7 de la misma secci�n intitulada y tambi�n Hechos 20:17 y 28).

xiv. Sobre Ia Juan 1 :1-5

La Revisi�n de 1960 ha puesto: "La palabra de vida".

A simple vista hiere nuestra sensibilidad Cristiana, eso de leer "palabra" con min�scula, pues si se dese� que el "t�tulo" fuera equivalente a la expresi�n "Verbo de vida" del v. 1, entonces "Palabra" debi� escribirse con may�scula pues se trata de la Persona de Cristo, el Verbo. Por lo tanto, el "t�tulo", adem�s de gramaticalmente incorrecto resulta espiritualmente irreverente.

Pero, si no se quiso referir al Verbo, entonces tenemos que reinterpretar el "t�tulo" para discernir en qu� connotaci�n fue basado y a qu� �ya que no a qui�n� enfatiza y tal cosa har� obvio que no enfatiza a la Persona de la Sant�sima Trinidad que es preeminente en el pasaje.

Basta con lo expuesto, caro lector, para mostrar lo grave que es el hecho de incorporar "t�tulos" dentro de la Santa Palabra de Dios, pues tales "t�tulos" requieren ser interpretados y con ello, vienen a ser parte en la interpretaci�n del pasaje y hasta pueden llegar a alterar el significado del Texto B�blico.

�Fuera del texto, pues, todos los t�tulos! Y algunos de ellos: �fuera tambi�n de las paginas!

Resp�tese, sin excepci�n alguna, la regla seguida en la Versi�n Antigua y vu�lvase al enunciado de sus breves sentencias: sencillas en su expresi�n, sanas en su doctrina, reverentes en su redacci�n y pr�cticas, impresas fuera del Texto B�blico (en la margen superior de las p�ginas) y en tipo de letra diferente (bastardilla o cursiva).

Sentencias fuera de texto, en la versi�n Antigua. Sugerimos que en futuras ediciones, se advierta al lector en un breve "Prefacio", que esas sentencias no traducen a los originales Hebreo y Griego; que han sido puestas simplemente como una gu�a sencilla para ayudar a visualizar r�pidamente ciertos pasajes y servir, en ocasiones, como una tambi�n sencilla gu�a u orientaci�n sobre el contenido general o alg�n aspecto destacable del Texto. De paso, digamos aqu� que tambi�n debiera aclararse la presencia y el uso de las as� llamadas "referencias".

�Ah!, pero esto de las "bastardillas", ya nos introduce a nuestro cap�tulo siguiente.

 

CAPITULO III.

Eliminaci�n del tipo de letra bastardilla para las palabras auxiliares o complementarias

DICE EL SE�OR: "�QUE TIENE QUE VER LA PAJA CON EL TRIGO?" (Jer. 23:28)

En nuestra Biblia Versi�n Antigua, cierto n�mero de palabras est� impreso en tipo de letra bastardilla o cursiva, para diferenciarlas de las palabras principales del Texto. Tal cosa indica que esas palabras en bastardilla, no traducen directamente a t�rminos equivalentes de los Textos originales Hebreo y Griego pues �stos no los tienen, pero se imprimen porque a juicio del traductor lo requiere la construcci�n de la frase o el sentido del original. El uso de las bastardillas facilita la inmediata identificaci�n de esas palabras complementarias.

Pero en la Revisi�n de 1960, las bastardillas fueron eliminadas, aunque no las palabras complementarias que as� (junto con otras agregadas en la Revisi�n de 1960), han quedado indebidamente incorporadas al Texto B�blico, sin posibilidad de identificaci�n ni prevenci�n alguna para el lector.

Argumentaciones

Antes de examinar algunos ejemplos de tan inconsulta medida, analicemos algunas de las "razones" circuladas en su defensa, que las extraemos de un folleto del Sr. F�lix Arana, titulado: "Principales objeciones al trabajo de revisi�n hecho a la Biblia Reina�Valera en 1960"

(1) Se ha dicho que si el lenguaje a que se traduce exige esas palabras, "entonces ya no deben ir en letra bastardilla, porque forman parte integral del significado y sin ellas la traducci�n quedar�a defectuosa. Lo que es indispensable, pues, no est� de m�s; y por lo tanto pertenece al texto."

Respuesta: Es obvio que en el caso planteado, lo que es indispensable por exigencias leg�timas del idioma a que se traduce, no est� de m�s. Ninguna cuesti�n al respecto.

Pero: �qu� de los otros casos? Porque los hay. Por ejemplo: (1) cuando el traductor no necesita suplir exigencias del idioma ni completar terminaciones de palabras ni frases, pero usa palabras "extras" que, a su juicio, pueden servir para ayudar a entender el sentido o significado del texto. �Qu� puerta abierta a cualquier "modernista" infiltrado en la labor ser�a �sta, al eximirse al traductor de la responsabilidad de usar las bastardillas! Y a�n hombres buenos podr�an sucumbir a la sutil tentaci�n de obrar �sin duda de buena fe� para inclinar alg�n texto seg�n sus propias sinceras creencias. Cuando se incursiona en el campo de la Hermen�utica B�blica, consciente o inconscientemente, el sentir subjetivo jugar� su papel; y todas las precauciones son pocas trat�ndose de la Palabra de Dios. De no usarse las bastardillas, muchos errores podr�an subyacer bajo el amparo de las palabras adicionadas, sin que se las pueda identificar. T�ngase en cuenta que al suprimirse las bastardillas, muchas palabras adicionales, complementarias, auxiliares, secundarias, etc. han sido incorporadas al Texto B�blico en igualdad de derechos con las palabras principales, o sea, las del Texto mismo, y con ello, la Revisi�n de 1960 les ha concedido derechos hermen�uticos, es decir, derecho de ser interpretadas, de tener parte en la interpretaci�n del pasaje en que han sido agregadas y a influir en la interpretaci�n de otras porciones de la Palabra Santa. (2) Otro caso es cuando el traductor, por demasiado oficioso, se siente inclinado a adicionar palabras que no las halla en los Textos originales pero que encuentra en otras Versiones y entonces, con el buen deseo de que su traducci�n, o Revisi�n de 1960, no adolezca de omisiones, incurre en el peligro de las adiciones; y esta es otra puerta por la cual pueden infiltrarse contradicciones y a�n serios errores.

El uso de las bastardillas es pues realmente imprescindible: (a) Porque sin dejar de satisfacer las exigencias gramaticales, se satisface tambi�n la exigencia de que las palabras adicionales sean debidamente identificadas, cosa �sta que ser� siempre reverente adem�s de informativa y preventiva. (b) Porque las palabras adicionales quedan en su lugar como lo que realmente son, secundarias y en ninguna manera definitorias. (c) Porque al no confundirse con las del Texto no se les conceden indebidos derechos hermen�uticos ni autoritativos, con lo cual se evitan graves peligros.

(2) Otra de las "razones" circuladas es que, "en los medios literarios y period�sticos, hoy se usa la letra bastardilla para destacar, distinguir o dar �nfasis a una palabra o a toda una expresi�n o frase. Si una persona acostumbrada en este uso de las bastardillas toma la Biblia en sus manos, pasar� alg�n tiempo antes de que se d� cuenta que la bastardilla en la Biblia quiere decir exactamente lo contrario, es decir, restar importancia".

Respuesta: Para evitar que cierta clase de lectores crean que esas palabras en bastardilla son enfatizadas sobre las otras, la soluci�n NO ES suprimir las bastardillas. La soluci�n es ADVERTIR AL LECTOR, por medio de una sencilla nota en un breve "PREFACIO" (cosa que hemos sugerido en nuestro cap�tulo anterior), que explique la real raz�n de su uso.

Pero la Revisi�n de 1960, parad�jicamente, ha incurrido en el mismo error que, seg�n se dice, quiso evitar, pues al imprimir esas palabras secundarias en el mismo tipo de letra que las principales, les ha dado igual autoridad que las del Texto y con ello, las ha sobreestimado. Es pues en la Revisi�n de 1960 que las palabras adicionales han pasado a tener "�nfasis indebido". Corr�jase tan grave error.

(3) Se ha dicho tambi�n que si el traductor tiene el recurso de las "bastardillas", "va ser mucho menos exigente y cuidadoso en su traducci�n" y que si nos las usa "se ver� obligado a usar tan s�lo el n�mero de palabras necesarias para dar una traducci�n clara y fiel del contenido del original".

Respuesta: Tales afirmaciones nos parecen un insulto gratuito a los santos traductores del pasado que en todos los idiomas a que vertieron las Escrituras usaron reverentemente las "bastardillas".

Adem�s, es pueril pensar que si el traductor no usa bastardillas, "se ver� obligado a usar tan s�lo el n�mero de palabras necesarias". La verdad es que la obligaci�n de no usar bastardillas, s�lo obliga a no usarlas, sin que tal cosa sea de por s� garant�a de fidelidad en las otras palabras que �l crea necesarias.

El hecho es reversible y puede que el traductor (perdonen los hermanos traductores) al verse liberado de la responsabilidad de dar cuenta de lo que adiciona, pues adicione a�n m�s, sin que nadie pueda siquiera identificar esas adiciones. Pero hablando ahora como personas mayores, creemos que un traductor responsable, profesionalmente capaz y sano en la fe, puesto ante la alternativa de usar o no las bastardillas, debe decidirse por su uso, pues nada se pierde con ello y en cambio, mucho es lo que se gana.

Toda precauci�n es poca, trat�ndose de la traducci�n de la Inspirada Palabra de Dios. El uso de las bastardillas puede evitar muchos males, sin causar ninguno.

(4) Se ha dicho tambi�n que "los hermanos tendr�n confianza en todo y no en parte del texto que tienen en la mano; ya no tendr�n que tachar palabras para ver cu�les son las que pueden citar con autoridad y cu�les no".

Respuesta: (a) Afirmar que si no se usan las bastardillas, "los hermanos tendr�n confianza en todo y no en parte del texto que tienen en la mano", es una exageraci�n rayana en lo rid�culo, pues da la impresi�n de que la mitad o las tres cuartas partes de nuestra Biblia Castellana se halla impresa en esos caracteres. Excusamos decir que la cantidad de palabras en bastardilla que tiene nuestra Versi�n Antigua es �nfima, insignificante, en comparaci�n con la masa de las Escrituras. Pero dejemos esas puerilidades. (b) Pasando a la aducida "confianza en el texto", digamos que en ninguna manera puede ser disminuida por la presencia de bastardillas, sino reforzada, pues har� que el lector o el int�rprete, consciente que all� se encuentra con un problema de traducci�n o de aclaraci�n de sentido o adici�n, se dedique m�s diligentemente a�n que de ordinario al estudio de ese particular vers�culo o pasaje. Adem�s, su confianza en la Versi�n que tiene en sus manos se aumentar� pues echar� de ver que el traductor o revisor o el editor han procedido con honestidad y veracidad. Pero, �n�tese bien lo que sigue� si no se usan las bastardillas, ning�n lector o int�rprete (a no ser un erudito) puede saber si est� entendiendo o interpretando o aplicando el pasaje sobre la base del significado de una palabra que realmente no traduce al original sino que ha sido all� agregada. Y si llega a saberlo a trav�s de alguna publicaci�n exeg�tica documentada, entonces tal cosa le har� traer a toda su Biblia bajo sospecha, pues no sabe cu�ntas veces tal hecho ha sido repetido ni en qu� lugares lo fue. Por lo tanto: no es el uso, sino la falta de las bastardillas, lo �nico que puede realmente llegar a hacer perder la confianza en el Texto. (c) En cuanto a que algunos hermanos, seg�n se dice, "ya no tendr�n que tachar palabras" (o sea, tachar bastardillas), nos parece que la soluci�n para corregir tan mala costumbre no est� en suprimirlas, sino en INSTRUIR a esos hermanos al respecto. Digamos de paso que nosotros, con ya muchos a�os de ministerio Cristiano, las �nicas personas que hemos conocido que "tachaban" palabras y enteros pasajes de las Escrituras, son los "modernistas", ap�statas que no tachan precisamente las "bastardillas"... (d) Y respecto de la "autoridad", vemos que por haberse suprimido el uso de bastardillas, TODAS las palabras adicionales resultan ahora con "autoridad" lo que es tan err�neo como peligroso. La Revisi�n de 1960 lo prueba en alto grado.

(5) Finalmente se ha dicho que "la ciencia de la traducci�n nos indica que si hay en la traducci�n algo que sobra, no debe estar ni en bastardilla ni de otra manera; si lo que est� es indispensable para dar un sentido completo y claro, entonces pertenece al texto y debe quedar como texto".

Respuesta: De acuerdo. Devu�lvanse pues las ediciones de la Revisi�n de 1960 para que les quiten todos los agregados que se han hecho al Texto, comenzando con los "t�tulos".

Pero, particularizando ahora con algunos problemas leg�timos de traducci�n, en casos en que no existen palabras equivalentes o que den el "sentido completo y claro", entonces �SENSE PALABRAS EN LETRA BASTARDILLA, como las tiene la Versi�n Antigua. En una Biblia "sin notas ni comentarios" ese es el �nico camino sincero en esos casos, y tanto m�s cuando el traductor o el revisor adiciona palabras o frases que no toma de los Textos originales sino de otras Versiones.

En conclusi�n: Al Texto, en el mismo tipo de letra que el Texto, todas las palabras "indispensables para dar un sentido completo y claro"; y en tipo de letra diferente, bastardillas u otras, las palabras "indispensables" s�lo como sustitutos de aqu�llas por causas de problemas leg�timos de traducci�n, o cuando por oficiosos, se adicionan palabras o frases tomadas de otras Versiones. Esto es lo correcto.

Examen de algunos casos

Examinemos ahora, algunos casos en que palabras adicionales han sido incorporadas al Texto sin ser diferenciadas, por haberse suprimido el uso de letras "bastardillas" en la Revisi�n de 1960.

I. Al final de G�nesis 44:4

La Revisi�n de 1960 agreg� la siguiente frase: "Por qu� hab�is robado mi copa de plata?".

Tal frase no est� en el Texto Hebreo del cual fue traducida y con el cual fue cotejada nuestra Versi�n Antigua, que por tal causa no la tiene. Quiz� la Revisi�n de 1960 la tom� de la Versi�n Griega Septuaginta o de la Versi�n Latina o de alguna otra traducci�n; por lo tanto esas palabras provienen de segunda o tercera mano y no de la fuente original, el Hebreo, que en este caso es la autoridad competente. Ya que la Revisi�n de 1960 opt� por adicionarla, hubiera debido usar las bastardillas y/o aclarar el hecho en una nota. Pero no lo hizo as� y por ello: (a) hace aparecer como imperfecta, en ese pasaje, a la Versi�n Antigua que las mismas Sociedades B�blicas nos estuvieron dando por m�s de 50 a�os; y por negligentes, a los eruditos que nos la dieron y cotejaron; (b) introduce en el Texto B�blico una complicaci�n exeg�tica, pues la frase adicionada, a�ade innecesaria gravedad a la sencilla estratagema de Jos�, al poner en su boca una flagrante mentira, cosa �sta que tambi�n puede tener repercusi�n negativa en la aplicaci�n pr�ctica de la ense�anza del pasaje.

La entera frase es de origen dudoso; y es totalmente innecesaria. S�quesela.

II. En Hechos 2:42

La Revisi�n de 1960 agreg�, luego de la palabra "comuni�n", las palabras "unos con otros".

Ese agregado cambia el significado de esa parte del vers�culo, pues limita el alcance de la "comuni�n" a la sola expresi�n entre creyentes, siendo que antes, adem�s de ese aspecto obvio, tambi�n inclu�a la comuni�n "con el Se�or" (comparar Ia Jn. 1:3).

Por querer ser oficioso, el revisor incursion� en el campo de la Hermen�utica y cay� en el doble error de "agregar" a la Palabra, pues "unos con otros" no est� en el original Griego y al agregar, parad�jicamente, disminuy� su significado. Y como no se usaron bastardillas ni hay nota aclaratoria, carga el �nfasis del sentido en una restricci�n. Esas palabras est�n de m�s y son innecesarias. S�queselas.

III. En 1a Co. 14:13,14,19

Luego de la palabra "lengua" la Versi�n Antigua tiene, en letras bastardillas, las palabras "extra�a" (v.13) y "desconocida" (vv. 14,19) pues estas palabras no est�n en el original Griego. Pero la Revisi�n de 1960, al suprimir las bastardillas, incorpor� las palabras al Texto y con ello, complica las cosas, pues esto traer� m�s confusi�n a muchos sinceros hermanos que soportan hoy d�a la tan tremenda como err�nea presi�n de los "neopentecostalistas". �Ser�, quiz�, que el revisor se inclin� a favorecer la interpretaci�n del movimiento "carism�tico"? Nos parece que no, que simplemente obedeci� la decisi�n de suprimir caracteres en bastardilla, cosa que era totalmente innecesaria.

IV. En 1a Tim. 2:5

La Versi�n Antigua lee: "Porque hay un Dios y asimismo un mediador". Pero la Revisi�n de 1960 agreg� dos veces la palabra "solo" y lee: "Porque hay un solo Dios y un solo mediador". Ese agregado de la palabra "solo" debi� ser impreso en tipo bastardilla: (a) porque esa palabra no est� en el original Griego; (b) porque no era necesaria para dar el sentido del original, que ya estaba dado por la traducci�n sin aditamento. Adem�s, por cargar el �nfasis de una verdad ya evidente, se hace pasible de cr�tica por parte de cualquier romanista o espiritista, etc. que puede acusar a las Biblias de los "protestantes" de hacer agregados para enfatizar sus propios dogmas; cr�tica injusta, sin duda, y que tampoco nos inquieta, pero que no hab�a por qu� facilitar.

As� que, como agregado, debi� ponerse en bastardilla; y por innecesario, no debi� ponerse para nada.

V. En Hechos 18:22

La Versi�n Antigua, hablando de Pablo, dice: "Y habiendo arribado a Cesarea subi�" y luego agrega en letra bastardilla "a Jerusalem".

Pero la Revisi�n de 1960 quit� esas palabras aclaratorias, sin absolutamente ninguna raz�n ni necesidad textual o exeg�tica. Llama la atenci�n que a veces la Revisi�n de 1960 agreg� palabras y a�n frases totalmente innecesarias y en otros casos quit� palabras que �sin ser imprescindibles� eran sin embargo �tiles para aclarar el significado del texto. En el caso que tenemos en foco, cualquier Comentario sano, dir� que "subi�", seg�n se usa en otros pasajes del Nuevo Testamento, significa "subir a Jerusalem" (por ej. Jn.7:8, 10; 12:20).

Tales palabras, pues, debieron dejarse; pero en bastardillas, como las tiene la Versi�n Antigua: (a) porque ayudan a entender el significado de la palabra "subi�" y lo hacen en forma correcta; (b) porque el tipo de letra bastardilla suple la exigencia de informar al lector que esas palabras, "A Jerusalem", no se hallan en el Texto Griego.

EN CONCLUSI�N. Es nuestro sentir que mucho mejor era dejar las cosas como las ten�a la Versi�n Antigua, us�ndose siempre el tipo de letra bastardilla, sin innovar en la materia.

CAPITULO IV.

CAMBIOS EN EL TEXTO, QUE AFECTAN DOCTRINAS

"Ten cuidado.. . DE LA DOCTRINA" (1� Timoteo 4:l6)

I. Prenotandos.

Las "Sociedades B�blicas" han afirmado �vez tras vez� que los cambios hechos en el texto de la Versi�n Antigua e incorporados a la Revisi�n de 1960, s�lo tienen que ver con:

"los cambios que el idioma sufre con el paso del tiempo", pero que "no afectan doctrina alguna de la iglesia",

"solo por medio de una peri�dica revisi�n podr� mantenerse este precioso texto B�blico a tono con los cambios naturales que el idioma sufre con el paso del tiempo".

"De ah� que el Comit� Revisor se impusiera la tarea de conformar la dicci�n y la gram�tica de esta versi�n con los usos contempor�neos de la lengua, conservando a la vez el precioso estilo y el significado exacto de esta versi�n". (La Biblia Reina�Valera. La Revisi�n de 1960, publicado y distribuido entre las Iglesias, por Sociedades B�blicas en Am�rica Latina )

Tal declaraci�n oficial, no puede ser probada por los hechos. La triste verdad es que han sido introducidos cambios en el Texto, que afectan doctrinas.

Nuestro deseo ahora ser�a pasar directamente a la discusi�n de tales textos, pero las circunstancias nos obligan a dar primeramente algunas ideas de l�gica y de hermen�utica que olvidaron quienes hicieron las declaraciones arriba transcriptas; y adem�s, tendremos que dar tambi�n previamente, alguna respuesta a ciertas otras declaraciones hechas por algunos "abogados" de la Revisi�n de 1960. Paciencia, pues, amigo lector.

Principio Rector

Entramos ahora, en aguas abiertas y m�s profundas que en nuestros cap�tulos anteriores. Pero gobernar� nuestro rumbo, un sencillo Principio Rector, que tiene fuerza de axioma y es indiscutible, basado en la perspectiva que le dan cuatro igualmente sencillos puntos cardinales. Esos puntos son: doctrina, palabras, textos y hechos. Y el Principio, entonces, se enuncia simplemente as�:

Toda doctrina es inseparable del significado de las palabras de los textos que las definen y �stos, a su vez, son inseparables de los hechos que los fundamentan.

Tal regla elemental pero fundamental, fue olvidada por la "Revisi�n de l960", y consecuentemente, han hecho inconsistente las declaraciones del folleto de las "Sociedades B�blicas". En efecto, los revisores, al cambiar palabras en ciertos textos, NO USARON palabras de id�ntico significado que las anteriores y, como resultado, palabras de significado diferentes produjeron doctrinas diferentes provenientes del texto diferente que, por lo tanto, requerir�n hechos diferentes.

Enunciemos esta otra fase del Principio para completar su enunciado:

Cuando se considere necesario, por el correr de los tiempos, introducir cambios de palabras en los textos, deber�n utilizarse palabras de id�ntico significado que las sustituidas. Caso contrario, ser� afectada la doctrina original y, con ello, la realidad de los hechos originales.

Un ejemplo sencillo, ilustrar� el �ntegro concepto. Los productores de la nueva Biblia en idioma Ingl�s, codificada como "STANDARD REVISED VERSI�N", (Versi�n Standard Revisada), al revisar el texto de ISAIAS 7:14, cambiaron la palabra "virgen" y pusieron "mujer joven". Digamos ante todo que el cambio era innecesario pues la palabra "virgen" no cay� en desuso con el correr de los siglos, de modo que all� hubo un aspecto necesariamente interpretativo.

Pero el hecho es claro: "mujer joven" no significa lo mismo que "virgen", pues una mujer joven podr� o no ser virgen y, viceversa, una mujer virgen podr� o no ser joven. Al cambiar, pues, una palabra poniendo otras con significados no sin�nimos, la doctrina del nacimiento virginal de Jesucristo es afectada, el texto es afectado y los hechos tambi�n. El entero pasaje prof�tico es expuesto a innecesaria "reinterpretaci�n". Y cuanto antes era claro y terminante en la antigua lectura "virgen" pasa ahora a ser discutible, objetable y expuesto a negaci�n con la nueva lectura "mujer joven".

El Se�or Jesucristo mismo, es quien nos indica el camino seguro. Una y otra vez leemos que El dijo: "Escrito est�" (Mt.4:4,7,10,11; Lc.10:26). "Era necesario que se cumpliesen todas las cosas que est�n escritas de m� en la ley de Mois�s y en los profetas y en los salmos.... As� est� escrito y as� fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase al tercer d�a" (Lc.24:44, 46). "Ni una jota, ni un tilde perecer� de la ley" (Mt.5:18). Tales terminantes declaraciones, prueban que las verdades est�n y deben dejarse donde est�n, sea en el Antiguo que en el Nuevo Testamento y que el problema de cambios, no puede tampoco disculparse con eso de que si no se dej� en un lado, la doctrina est� en otro y, despu�s de todo, queda en la Biblia. �NO! La doctrina est� en cada texto que la define, aunque vuelva a estar tambi�n en otros textos. De modo que: cambio en un texto dado, afecta la doctrina en ese texto. Y a prop�sito de "tildes y jotas", se han producido ciertas declaraciones que necesitamos, perentoriamente, no pasar por alto y trataremos por lo tanto en nuestro punto siguiente.

Sobre las palabras y su significado

En su folleto titulado "Principales objeciones al trabajo de revisi�n hecho a la Biblia Reina�Valera en 1960", el Sr. F�lix Arana escribe: "Los tildes y jotas... se refer�a a la jota y a la tilde del significado, de la esencia"... "El contenido es lo importante, el lenguaje es apenas el veh�culo", "tenemos este tesoro en vaso de barro"... "una buena traducci�n no es la que nos presenta una fiel fotograf�a del vaso de barro sino la que nos pone en contacto directo con el contenido, con el tesoro del original".

Tal declaraci�n no puede anular, con apariencias impresivas, el principio rector anteriormente establecido. De hecho, el Sr. F�lix Arana ha olvidado que, en materia de doctrina B�blica: las jotas y las tildes del significado est�n inseparablemente ligadas a las jotas y las tildes de los escritos.

En cuestiones de art�culos de fe, muy especialmente, ese Principio es irrenunciable, pues tambi�n resulta obvio que "el tesoro" no puede separarse del "vaso de barro", por la sencilla raz�n de que es el vaso de barro el que define al tesoro. En otras palabras: doctrinariamente hablando, "el contenido" es inseparable del "continente" por la misma raz�n de que "el significado" lo dan "las palabras del texto".

La analog�a de "tesoro" y "vaso de barro" no se aplica al caso pues exige una dicotom�a, o sea una separaci�n total entre "tesoro" y "vaso". No es as� en la doctrina de las Escrituras, ni es as� �por regla general� en ning�n escrito. Todo significado depender�, irremisiblemente, de las palabras usadas. De modo que, para trasmitir fielmente el "tesoro" (la Doctrina) es necesario reproducir exactamente el "vaso de barro" (las palabras del texto).

El ap�stol Pablo viene en socorro de nuestro aserto, cuando escribe: "As� que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que hab�is aprendido, sea por palabra o por carta nuestra." (2a Tes. 2:15). M�s claridad, imposible. La "DOCTRINA" es dada "POR PALABRA O POR CARTA". Cuidado, pues, con las palabras de las cartas. Cambiarlas, es cambiar la doctrina si, al hacerse tal cambio, se dan palabras diferentes, con significados diferentes.

A la luz de todo esto, es un deber fraternal decir que ciertas aseveraciones de algunos abogados de la Revisi�n de 1960 s�lo pueden encasillarse en la categor�a de los "sofismas": un razonamiento incorrecto que puede inducir a error.

La Cuesti�n de los Manuscritos

Se ha dicho, adem�s, que: "Siempre fue el deseo de la Comisi�n Revisora el comunicar, en la forma m�s correcta, el significado de los textos originales, hasta donde fue posible saber lo que �stos dec�an... no obstante algunos casos en que la tradici�n nos ha trasmitido el texto un poco diferente. Lo que importa es llegar hasta el sentido del original, m�s que apegarnos a nuestras tradiciones, aun cuando tales tradiciones consistan en la forma del texto b�blico y de su traducci�n". (De una carta originada en el Departamento de Traducciones, de Sociedades B�blicas.)

Tal declaraci�n trae los hechos al �ltimo reducto de los que argumentan a favor de la Revisi�n de 1960: la cuesti�n de los manuscritos, o copias de los textos en los idiomas originales Hebreo y Griego.

Primeramente, llamamos la atenci�n del lector a la actitud ambivalente observada por Sociedades B�blicas, pues mientras que por a�os informaba oficialmente al pueblo de Dios que la Revisi�n de 1960 efectu�ndose s�lo ten�a que ver con "los cambios que el idioma sufre con el paso del tiempo... con la dicci�n y la gram�tica y los usos contempor�neos de la lengua Castellana", por otra parte, a espaldas del pueblo evang�lico, se mov�an otros criterios rectores de las tareas y que ten�an que ver con textos y manuscritos. Cabe preguntar: �Qu� influencias actuaron y prevalecieron en estos procedimientos? Todo el trabajo de diez a�os cae bajo sospecha de que influencias de "tradici�n modernista" tuvieron que ver con esta cuesti�n y que corrientes que abogan por el abandono del "TEXTUS RECEPTUS" (Texto Recibido o Autorizado) del Nuevo Testamento, jugaron en alguna manera su papel en favor de otros textos "cr�ticos", tales como el de Westcott & Hort, dos "modernistas" que introdujeron unos cinco mil cambios... en el texto.

Es necesario acotar, de paso, que las "Sociedades B�blicas", llevadas por criterios "renovadores", nombraron en 1955 un Comit� para redactar y publicar un nuevo Texto Griego del Nuevo Testamento, que vio la luz en 1966 y fue reactualizado en segunda edici�n tan pronto como dos a�os despu�s (1968)... De ese nuevo "texto" deriv� la infortunada versi�n llamada "POPULAR". Se ha informado que toda nueva traducci�n del Nuevo Testamento se basar� en tal nuevo "texto original".

Nosotros rechazamos de plano toda tradici�n "modernista", pues de su obra e influencia provienen: la preparaci�n de tales nuevos "textos en los idiomas originales" y, consecuentemente, el prurito o fiebre por "nuevas versiones" en las lenguas modernas que est� multiplicando y multiplicando innecesariamente ediciones B�blicas a�n en un mismo idioma, que al final s�lo traen confusi�n pues nadie puede estar seguro de cu�l sea la versi�n correcta.

Nosotros perseveramos, s�, en la tradici�n Fundamentalista, de la cual han provenido las ediciones confiables de las Sagradas Escrituras. Perm�tasenos dar algunas de nuestras razones:

(i) El Honor, la Soberan�a y la Providencia de Dios.

El Se�or, que Inspir� las Santas Escrituras en los Textos originales: �hubiera permitido que solamente copias defectuosas o falsas estuvieran disponibles y al alcance, en los momentos cruciales de la Historia cuando las Santas Escrituras debieron ser traducidas a los idiomas de las gentes?; �hubiera elegido a hombres infieles que negaban Su Palabra, como sus instrumentos escogidos para usarlos en las delicadas tareas de selecci�n y traducci�n de los manuscritos?; �hubiera permitido que sus hijos vivieran enga�ados por siglos con versiones err�neas de Su Palabra, para utilizar luego a "modernistas" para proveerles Su Verdad? �NO, NO, NO! �Dios Todopoderoso, provey� copias correctas en el tiempo correcto a hombres correctos, que nos dieron las Versiones Antiguas!

(ii) La Sana Doctrina.

En la Inspirada, y por ello Inerrable e Infalible Palabra de Dios, no hay errores ni contradicciones ni doctrinas falsas. Por ello, todo manuscrito o texto en los idiomas originales, probar� su autenticidad al ser medido por esa regla: SANA DOCTRINA. Se podr� discurrir en cuanto a su "edad o antig�edad" por causa de la incertidumbre propia de medios de verificaci�n insuficientes pero no podr� ser discutible su autenticidad si es sano en doctrina. Si el ap�stol Pablo nos dice: "Si alguno os anunciare otro evangelio del que hab�is recibido, sea anatema" (G�latas 1:9), no es entonces impropio ni exagerado, exigir que se rechacen manuscritos o textos compilados por modernistas que afectan a la Verdad Doctrinal.

(iii) Las prevenciones de la misma Palabra de Dios, respecto de las apostas�as de la fe y a las prohibiciones de quitar o a�adir a la Palabra.

"Guard�os de los falsos profetas" (Mt. 7:15). "Porque vendr� tiempo cuando no sufrir�n la sana doctrina, antes, teniendo comez�n de o�r se amontonar�n maestros conforme a sus concupiscencias y apartar�n de la verdad el o�do y se volver�n a las f�bulas" (2a Tim. 4:3). "Porque as� como hubo falsos profetas en el pueblo, as� habr� entre vosotros falsos doctores que negar�n al Se�or que los rescat� atrayendo sobre s� mismos perdici�n acelerada. Y muchos seguir�n sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad ser� blasfemado" (2a P. 2:1-3). Y las citas pueden multiplicarse. Todo esto tambi�n es Palabra de Dios y cumplimiento tiene. El "modernismo" est� claramente expuesto all� en su base: rompimiento con las Escrituras y negaci�n de la Persona y Obra del Redentor que las Escrituras revelan. Recu�rdese, adem�s, la prohibici�n de "a�adir o quitar a la Palabra" (Dt. 4:2) y el castigo del infractor: "Si alguno a�adiere a estas cosas, Dios traer� sobre �l las plagas que est�n escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profec�a, Dios quitar� su parte del libro de la vida" (Ap. 22:19), lo cual impl�citamente muestra que si la posibilidad est� contemplada, es porque as� se har�a en los postreros tiempos en los cuales "algunos apostatar�n de la fe escuchando a esp�ritus de error y a doctrinas de demonios" (1a Tim. 4:1). Nada mejor, para falsas doctrinas, que "Biblias" digitadas y preparadas. El Diablo sabe bien que "doctrinas" se relacionan a "palabras" y entonces: a preparar nuevas "palabras" y a producir nuevas "versiones" para establecer falsas "doctrinas". Tal el real origen y los prop�sitos de la cr�tica destructiva de las Escrituras.

Cerramos esta parte con unos pensamientos que vienen muy al caso, del Dr. Henry M. Morris, que tomamos de su libro "The Bible Has The Answer" (La Biblia tiene la Respuesta), p�ginas 11 a 13:

"La pr�ctica una vez tan honrada y de gran valor de la memorizaci�n de las Escrituras, es ahora una disciplina casi olvidada y una de las razones debe ser la confusi�n sobre qu� versi�n memorizar. Despu�s de todo: �por qu� memorizar cierto vers�culo de las Escrituras si ni a�n las autoridades est�n de acuerdo acerca de lo que dice el vers�culo? M�s a�n, muchos de los traductores de estas versiones modernas han sido hombres que de por s� no estaban entregados a la fe en la plena Inspiraci�n Verbal de la Biblia. No importa cu�n completo pueda haber sido su conocimiento de los idiomas originales y de los manuscritos b�blicos, su bajo punto de vista de la Infalibilidad y Perspicuidad B�blicas se refleja en cierta flojedad y subjetividad en la traducci�n que inevitablemente ha de corromper la revelaci�n divina. Los traductores de la Versi�n del Rey Jaime �(Dr. Morris se refiere aqu� a la Versi�n Antigua de la Biblia Inglesa y lo que dice seguidamente, puede aplicarse a los traductores de todas las Versiones Antiguas en distintos idiomas)� no s�lo eran eruditos de igual calibre que cualquiera de la moderna era, sino tambi�n eran hombres que consideraban a las Escrituras como profundamente sagradas y que cada palabra estaba colocada en el texto original exactamente como Dios quiso que estuviera... Tambi�n se refleja en el uso de bastardillas en la traducci�n donde palabras eran agregadas y que no estaban espec�ficamente presentes en el Hebreo o Griegos una pr�ctica que lamentablemente no es seguida en versiones modernas... Finalmente el Nuevo Testamento est� basado en el Texto Griego conocido como TEXTUS RECEPTUS (Texto Recibido) que es el Nuevo Testamento Griego usado durante el despertar del per�odo de la Reforma. Antes de la invenci�n de la imprenta, las Escrituras eran trasmitidas por copias a mano y circuladas. Los manuscritos m�s reconocidos y aceptados eran, por supuesto, usados muy extensamente y as� es que se gastaban bastante r�pidamente y por ello ten�an que ser continuamente vueltos a copiar sobre pergaminos o papel nuevos. Grandes n�meros siempre estaban en uso y de esta manera hab�a un proceso continuo de autocontrol que aseguraba al texto contra cualquier c�mulo significativo de errores de copistas. Fue de esta fuente que el Nuevo Testamento Griego conocido como Textus Receptus fue compilado. La gran mayor�a de los manuscritos que sobreviven est�n de acuerdo con este texto llamado tambi�n Bizantino, que fue preservado a trav�s de los primeros siglos del Cristianismo por las Iglesias mismas de habla Griega. Cuando un manuscrito fue preparado que, por descuido o por intento deliberado, conten�a errores o alteraciones significativas, naturalmente tend�a a ser descartado cuando se descubr�a su car�cter. Si no era destruido deliberadamente, sobreviv�a m�s que los otros, por la sola raz�n de que no se lo usaba. Tal es probablemente el caso con los manuscritos Sina�tico y Vaticano, como tambi�n de otros que fueron descubiertos en el Siglo XIX y que eran m�s viejos que los a�n preservados manuscritos del Textus Receptus. Esos manuscritos contienen un sorprendente n�mero de errores obvios y, probablemente, hasta alteraciones deliberadas. Sin embargo, por causa de su antig�edad, fueron aceptados por eruditos tales como Westcott, Hort, Nestl� y otros, como base para sus Nuevos Testamentos Griegos publicados en el Siglo XIX y que a su vez han servido de base para subsiguientes traducciones modernas." (Hasta aqu� el Dr. Morris).

Conclusi�n

Por todo lo expuesto, afirmamos una vez m�s: s�lo las Versiones Antiguas son de fiar. No as� tantas "nuevas versiones" que se multiplican hoy d�a a�n en un mismo idioma y que hacen surgir preguntas como �sta: �Y cu�l de estas versiones es la correcta? Y el peligro subsecuente: como los "modernos" nos dicen que es imposible saber qu� exactamente dec�an los aut�grafos originales... se concluye por no dar tanta importancia a la Biblia misma, que llega as� a ser menguada y a�n hasta rechazada (como lo ha sido por algunos) como Autoridad Inerrable e Infalible. Hermanos: no nos prestemos, por indiferencia o silencio, ni directa ni indirectamente como tributarios a tan sutiles estrategias cuyo origen no puede ser otro que diab�lico.

Finalmente, el m�todo b�blico de restauraci�n de la verdadera Unidad Cristiana en obediencia al mandato de Cristo (Jn. 17) es afectado por tal multiplicaci�n de versiones. En efecto, el tratamiento de las discrepancias en doctrina y pr�cticas entre creyentes renacidos de iglesias y denominaciones evang�licas, requiere considerarlas a la luz de las Sagradas Escrituras, hasta lograr pleno acuerdo con ellas, como fuera practicado en la Asamblea de Jerusalem (Hch. 15:1-31). Pero ante tales versiones, �cu�l de ellas �se plantea- ser� la base para distinguir la verdad del error?. La variedad permite que cada iglesia y a�n cada creyente use la versi�n que mejor se acomoda a su pensamiento o costumbres. Ello afecta el principio de "Sola Scriptura" y contribuye a perpetuar la obra diab�lica de dividir a los hermanos tras l�deres y tradiciones humanas.

�Basta ya!. Debemos volver a las "sendas antiguas" de los textos incorruptos de la Palabra de Dios y contrastar con ellos nuestras doctrinas y pr�cticas cristianas, en obediencia al Se�or y Su Palabra.

Ah!, nos parece o�r aqu�:

"All� est�n los elementos perturbadores... los abanderados de la disensi�n... los que no pueden concebir su existencia sino en plan de combate, buscando siempre algo o alguien contra qu� embestir, para perturbar la paz de la iglesia y alarmar a los hermanos sencillos y sinceros en su vida cristiana". (Frase copiada de: "Principales objeciones al trabajo de revisi�n hecho a la Biblia Reina�Valera en 1960", de F�lix Arana).

Tales expresiones, que ciertamente no nos alcanzan, sin embargo las reproducimos como una muestra de las atenciones "fraternales" que ciertos abogados de la Revisi�n de 1960 han dedicado a buenos hermanos que, llevados por un santo celo por la pureza de la Palabra de Dios, protestaron la citada Revisi�n de 1960. Uni�ndolas a tantos otros cargos gratuitos y a�n "excomuniones"... remitamos hermanos todo ello "AL QUE JUZGA RECTAMENTE".

 

II. Breve examen de algunos de los cambios en el Texto B�blico del Antiguo Testamento, hechos por la Revisi�n de 1960, que afectan doctrinas.

 

GENESIS 1: 14

Versi�n Antigua: "Y dijo Dios: Sean lumbreras en la expansi�n de los cielos para apartar el d�a y la noche; y sean por se�ales, y para las estaciones, y para d�as y a�os"

Revisi�n de 1960: "... y sirvan de se�ales para las estaciones".

La Versi�n Antigua es la correcta, pues respeta el significado B�blico de la palabra "se�ales", que tiene que ver espec�ficamente con cosas por venir, hechos extraordinarios o fuera de las leyes naturales y que en ocasiones pueden ocasionar temor, como leemos por ejemplo, en Jerem�as 10:2, "Ni de las se�ales del cielo teng�is temor". Finalmente, el mismo Se�or Jesucristo define el caso en favor de la Versi�n Antigua en forma terminante, como leemos en Lucas 21:25, "Entonces habr� se�ales en el sol y en la luna y en las estrellas". Clar�simo: las lumbreras no fueron puestas como meras "se�ales para las estaciones" como err�neamente dice la Revisi�n de 1960, sino con prop�sitos extraordinarios aparte de las leyes naturales comunes y para ocasiones predeterminadas por Dios mismo. La Revisi�n de 1960, con su cambio err�neo, afecta simult�neamente a la Teleolog�a (la doctrina del designio o prop�sito de las cosas creadas); a la Escatolog�a (la doctrina que trata de sucesos postreros) y, adem�s, afecta a la Evidencia Interna de la armon�a de las Escrituras del Antiguo con el Nuevo Testamento.

La Revisi�n de 1995 y la Versi�n Popular siguen el camino err�neo trazado por la Revisi�n del 60:

RV 1995: "...que sirvan de se�ales para las estaciones, los d�as y los a�os"

VP: "...y que sirvan tambi�n para se�alar los d�as, los a�os y las fechas especiales."

G�NESIS 3:16

Versi�n Antigua: "A la mujer dijo: Multiplicar� en gran manera tus dolores y tus pre�eces; con dolor parir�s los hijos; y a tu marido ser� tu deseo, y �l se ense�orear� de ti".

Revisi�n de 1960: "...tus dolores en tus pre�eces".

Obs�rvese que el cambio hecho por la Revisi�n, modifica totalmente el significado de la sentencia. Y se equivoca gravemente, pues no tiene en cuenta el estado y el prop�sito de la mujer originalmente dado por Dios en relaci�n con la concepci�n (un ciclo diferente del actual). Ese error le conduce a otro, que es el de tergiversar el sentido del castigo. Antropolog�a (la doctrina que tiene que ver con la humanidad) y Hamartiolog�a (la doctrina que tiene que ver con el pecado y sus consecuencias), son por lo tanto afectadas. Perm�tasenos citar en nuestro apoyo, a una autoridad como la del Dr. C. I. Scofield, quien, en su Biblia Anotada, comentando el vers�culo en foco, dice:

"La condici�n de la mujer es cambiada; la concepci�n es multiplicada", declaraci�n que concuerda totalmente con la Versi�n Antigua. Digamos de paso, que los editores de la Biblia Anotada, de Scofield, usaron desafortunadamente en su edici�n Castellana, el texto de la Revisi�n de 1960, sin apercibirse que en este caso, dejaron a la nota del Dr. Scofield totalmente sin sentido. Vemos: el error de la Revisi�n de 1960, no advertido por la "Spanish Publication Inc.", de Miami, Florida, USA, editora de la Biblia Scofield, coloc� tambi�n a �sta en contradicci�n consigo misma...

Lo mismo dice la Revisi�n de 1977 y tambi�n, en otras palabras, la Versi�n Reina�Valera Actualizada (a�adiendo cambios en otras partes del vers�culo) y la Revisi�n de 1995. La Versi�n Popular intenta eliminar la referencia al embarazo:

PROVERBIOS 20:30

Versi�n Antigua: "Las se�ales de las heridas son medicina para lo malo: y las llagas llegan a lo m�s secreto del vientre".

Revisi�n de 1960: "Los azotes que hieren son medicina para el malo".

Un evangelista muy conocido en Argentina, me dijo una vez: "Yo he predicado de este vers�culo tal como lo tiene la Versi�n Antigua, como Mesi�nico, aplicando su significado a las marcas de las llagas de Cristo, pero con el cambio hecho por la Revisi�n, todo ello ha quedado sin efecto". Creo que este fiel hermano ten�a raz�n, pues otras Escrituras confirman su sana interpretaci�n, por ejemplo: Isa�as 49:16; Isa�as 53:5; Juan 20:25-29 y 1 Pedro 2:24. La Revisi�n de 1960 afect� la Soteriolog�a (la doctrina que tiene que ver con el Salvador y Su Obra) pues ha cambiado totalmente el significado y la aplicaci�n de esta porci�n B�blica, sac�ndolos de toda posible connotaci�n con Cristo y refiri�ndolo err�neamente al castigo de un pecador a quien, a fuerza de azotes que le hieren el cuerpo, se pretende transformarlo... una pr�ctica tan cruel como equivocada que tan tristes ejemplos ha tenido a trav�s de la historia.

Versiones posteriores no hacen sino a�adir mayor confusi�n en el mismo sentido:

ISA�AS 52:15

Versi�n Antigua: "Empero �l rociar� muchas gentes: los reyes cerrar�n sobre �l sus bocas; porque ver�n lo que nunca les fue contado, y entender�n lo que jam�s hab�an o�do".

Revisi�n de 1960: "As� asombrar� �l a muchas naciones".

Quitar "rociar�" y poner en su lugar "asombrar�" es un absurdo que s�lo puede concebirse en una mente con prejuicio doctrinario. La palabra Hebrea es "nazah" que significa literalmente "arrojar un chorro" y la misma Revisi�n de 1960 la traduce "rociar" en otros pasajes, como por ejemplo, �xodo 29:21; Lev�ticos 4:6,17; N�meros 8:7. El texto que nos ocupa es Mesi�nico y con ello concuerdan declaraciones del Nuevo Testamento como la de 1 Pedro 1:2, "rociados con la sangre de Jesucristo". Por lo tanto, la Soteriolog�a es afectada, as� como la Evidencia Interna de la Biblia.

La palabra Hebrea para "asombrar" es "shamen" (ver Isa�as 52:14) y no tiene punto de relaci�n alguna con "nazah" o "rociar". Luego: la Versi�n Antigua es correcta y la Revisi�n ha introducido un serio error en el Texto.

Las versiones posteriores emplean el mismo t�rmino equivocado (RVA y RV 1995) u otro similar: "sorprender�" (RV 1977), "se quedar�n admiradas" (VP).

ISAIAS 54:17

Versi�n Antigua: "Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prosperar�; y t� condenar�s toda lengua que se levantare contra ti en juicio. Esta es la heredad de los siervos de Jehov�, y su justicia de por m�, dijo Jehov�".

Revisi�n de 1960: "... y su salvaci�n de m� vendr�, dice Jehov�".

La Versi�n Antigua contiene un claro concepto de imputaci�n de justicia divina. Pero la Revisi�n lo ha suprimido muy sutilmente, pues pone en lugar de "justicia de por m�" las palabras "Su salvaci�n de m� vendr�" que suenan bien, pero que pueden o no ser entendidas como imputaci�n de justicia por parte de Dios.

El cambio ha afectado la doctrina de la Justificaci�n, claramente anticipada en este texto del Antiguo Testamento.

La palabra Hebrea para "justicia" es "tsedaqab". Pero la palabra Hebrea para "salvaci�n" es "yeshuwab". Son pues palabras totalmente diferentes. La Versi�n Antigua respet� el original, no as� la Revisi�n de 1960. Como un ejemplo de la inconsecuencia de procedimientos, digamos que en Isa�as 56:1, texto en que aparecen ambas palabras, la Revisi�n de 1960 las respet� y las tradujo bien a ambas: no hab�a entonces raz�n para no hacerlo as� con la palabra "justicia" en Isa�as 54:17.

La revisi�n de 1977 dice: "y la recompensa que obtendr�n de m�", mientras que la RVA: "y su vindicaci�n de parte m�a" La Versi�n Popular va mucho m�s all� en los cambios: "pero nadie ha hecho el arma que pueda destruirte. Dejar�s callado a todo el que te acuse. Esto es lo que yo doy a los que me sirven: la victoria. El Se�or es quien lo afirma."

ZACARIAS 6:13

Versi�n Antigua: "El edificar� el templo de Jehov�, y �l llevar� gloria, y se sentar� y dominar� en su trono, y ser� sacerdote en su solio; y consejo de paz ser� entre ambos a dos".

Revisi�n de 1960: "Y habr� sacerdote a su lado".

El cambio hecho por la Revisi�n, rebaja indebidamente la funci�n del Mes�as como Rey�Sacerdote en Su Trono, pues le pone a otro sacerdote "a su lado". Queda con ello afectada la Persona del Se�or y Su Obra y Posici�n. Cristolog�a, Soteriolog�a y Escatolog�a quedan afectadas. La Biblia Anotada de Scofield, en la columna de referencias dice correctamente: "Cristo, Segunda Venida", cosa que ahora queda otra vez en dificultades con el texto.

El mismo sentido refuerzan versiones posteriores:

ZACAR�AS 13:7

Versi�n Antigua: "Lev�ntate, oh espada, sobre el pastor, y sobre el hombre compa�ero m�o, dice Jehov� de los ej�rcitos. Hiere al pastor, y se derramar�n las ovejas: mas tornar� mi mano sobre los chiquitos ".

Revisi�n de 1960: "har� volver mi mano CONTRA los peque�itos".

El mismo t�rmino "contra" utilizan las Versiones modernas.

La Versi�n Antigua habla de protecci�n de Dios pero la Revisi�n la ha tornado en oposici�n. Escrituras como Juan 18:8 dan la raz�n a la Versi�n Antigua. El cambio hecho por la Revisi�n, afecta a la Teolog�a (particularmente en este caso: la doctrina de Dios) pues tiene que ver con el car�cter y proceder de Dios. Grave cambio.

 

III. Breve examen de algunos de los cambios en el Texto B�blico del Nuevo Testamento, hechos por la Revisi�n de 1960, que afectan doctrinas.

LUCAS 1:35

Versi�n Antigua: "Y respondiendo el �ngel le dijo: El Esp�ritu Santo vendr� sobre ti, y la virtud del Alt�simo te har� sombra; por lo cual tambi�n lo Santo que nacer�, ser� llamado Hijo de Dios."

Revisi�n de 1960: " ...el santo ser que nacer�"

La Versi�n Antigua es absolutamente correcta, pues traduce exactamente del texto original griego, el art�culo neutro "TO" que significa precisamente "lo" en Castellano. Siendo pues art�culo neutro seguido de "santo" y leerse as� "lo santo", queda claro que se refiere espec�fica y �nicamente a algo de car�cter sustantivo, concreto, o cosa material en este caso. Esto, en sana doctrina, caracteriza la Santidad del cuerpo del Se�or, dado que "el cuerpo" es el �nico elemento en la naturaleza humana del Salvador, que puede ser referido como esa "cosa" santa. La materia es del todo importante pues ahondando el concepto, "lo santo" es requerido, m�s a�n exigido, por el hecho de que aunque Jos� no tuvo parte alguna en la engendraci�n humana de Cristo Jes�s, con todo, su cuerpo fue creado por el Esp�ritu Santo en el seno de Mar�a virgen y sujeto as� a la ley biol�gica correspondiente. Pero este hecho no trasmiti� elemento alguno de corrupci�n f�sica o de germen de pecado. Tan santo como lo fue espiritualmente deb�a serlo tambi�n corporalmente. En otras palabras: Jos� no tuvo parte alguna en ning�n sentido y en cuanto a la parte que tuvo Mar�a, no afect� ni al alma ni al esp�ritu ni al cuerpo del Se�or Jes�s. Dado que es posible aducir que la perfecci�n s�lo debe entenderse como espiritual (por la engendraci�n del Esp�ritu) y que no tiene importancia lo corporal (lo cual no es cierto pues TODO es del todo importante), era necesario que la Palabra diera revelaci�n sobre santidad del cuerpo, "lo santo", y nada mejor para ello que la instrumentalidad de un m�dico (Lucas) quien fue inspirado para usar el art�culo neutro, respetado y con raz�n por la Versi�n Antigua. Finalmente, la Redenci�n exige un Salvador santo, tambi�n en el cuerpo.

Pero la Revisi�n de 1960 induce, con su lectura "el santo ser", a dar solamente �nfasis a lo sicol�gico, al "ser" espiritual, sin referencia a lo corporal. Con el cambio hecho: (1) ha quitado del Texto, pues ha suprimido el neutro "lo" y lo ha reemplazado con el determinante "el"; (2) ha agregado al Texto, introduciendo el vocablo "ser" que no est� en el Griego; y con ello, (3) omite la referencia a la santidad f�sica corporal, del Se�or, santidad tan imprescindible para la obra salvadora como la santidad moral y espiritual del Redentor. La Cristolog�a (doctrina de la Persona de Cristo) y la Soteriolog�a (doctrina de la Salvaci�n) est�n involucradas en el cambio. Grave, pues, grave cosa es manipular con la Palabra de Dios.

En las versiones modernas, s�lo la Revisi�n de 1977 y la Biblia de las Am�ricas utilizan el neutro "lo santo". En cambio RVA y RV 1995 utilizan "Santo Ser", NVI "santo ni�o"; mientras que la Versi�n Popular va m�s lejos a�n pues quit� de all� la palabra santo y dice "el ni�o que va a nacer ser� llamado Santo e Hijo de Dios."

LUCAS 2:22

Versi�n Antigua: "Y como se cumplieron lo d�as de la purificaci�n de ella, conforme a la ley de Mois�s, le trajeron a Jerusalem para presentarle al Se�or"

Revisi�n 1960: "la purificaci�n de ellos"

Correcta la Versi�n Antigua: (1) porque el Texto Griego Bizantino lee exactamente "AUT�S" (caso genitivo femenino singular), o sea, "de ella"; (2) porque la Evidencia Interna de las Escrituras exige "de ella" pues esto concuerda con Lev�ticos cap�tulo 12, texto de fondo en el caso, que establece que la necesidad de purificaci�n es �nicamente de la mujer que ha dado a luz.

La Revisi�n de 1960 ha seguido otros Textos Griegos que leen "AUTON" (caso genitivo masculino plural), o sea, "de ellos", pero tales Textos por no concordar con Lev�ticos 12, carecen de autoridad normativa en la materia. El uso del plural abre la puerta a muchas interpretaciones �incluida la "modernista", que puede implicar que en el plural "de ellos" tambi�n el ni�o Jes�s cabe, lo que es una blasfemia�; u obliga al int�rprete a toda una serie de argumentaciones indirectas para salvaguardar la santidad de la naturaleza humana del Se�or.

Una autoridad como lo fuera el Dr. J. Gresham Machen prefiri� la lectura plural "de ellos" (seg�n una publicaci�n circulada por el "Faro Cristiano" del 30 Nov. 1967), sobre la base de que una "lectura dif�cil es preferible a una m�s f�cil" y dando como interpretaci�n que "de ellos" puede entenderse como la purificaci�n "de los jud�os". Con todo respeto por la opini�n del erudito l�der fundamentalista, creemos que tal preferencia no puede recomendarse: (1) porque en materia de fidelidad B�blica, no se trata de preferir lecturas dif�ciles ni lecturas f�ciles, sino �nicamente la lectura correcta: y s�lo puede ser correcta una lectura que, literalmente, no permita sombra de contradicci�n de escritura con escritura; (2) porque ingeniosa como lo es la interpretaci�n del Plural "de ellos" como "de los Jud�os", siempre ser� materia de interpretaci�n y otros int�rpretes no tan c�ndidos ni reverentes pueden reclamar lugar para sus errores. No se debe tomar lo que es cuesti�n de lectura literal para hacerlo incursionar en arenas movedizas de escuelas de interpretaci�n.

D�jese pues "de ella" conforme al Texto Bizantino y todo peligro desaparece, las Escrituras quedan armonizadas y los modernistas con las bocas cerradas.

La Revisi�n de 1960 con su traducci�n plural "de ellos" tiende puentes al modernismo negativo que, en este caso, puede afectar la doctrina de la engendraci�n virginal de Jesucristo por la virtud del Esp�ritu Santo, doctrina fundamental por excelencia.

Excepto la Revisi�n de 1977, las Versiones Modernas consultadas refieren tambi�n equivocadamente a la purificaci�n "de ellos". La versi�n RVA contiene una nota aclaratoria al pie de p�gina que dice: "Es decir, de los jud�os". La Revisi�n de 1995 contiene una nota que expl�citamente afecta la Santidad del Ni�o Jes�s: "Seg�n Lv.12:2-4, la purificaci�n correspond�a solamente a la madre, que quedaba ritualmente impura despu�s del parto. Con el plural lo trajeron, Lucas parece referirse a la purificaci�n de ambos, la madre y el padre del ni�o. En cuanto al plural de ellos, es posible que incluya al propio ni�o Jes�s, quien iba a ser presentado en el Templo (v.22-27)."

JUAN 3:36

Versi�n Antigua: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incr�dulo al Hijo, no ver� la vida, sino que la ira de Dios est� sobre �l."

Revisi�n de 1960 (edici�n com�n sin Concordancia): "... el que desobedece al Hijo..."

Revisi�n de 1960 (edici�n especial con Concordancia): "... el que rehusa creer en el Hijo..."

El lector atento habr� ya observado la inconsecuencia y contradicci�n existente entre dos ediciones de la misma Revisi�n de 1960. �Es que existen dos ediciones de la "Revisi�n de 1960��: la una para uso del pueblo com�n, que dice una cosa y la otra para los que pueden pagarse una Biblia con tapas de cuero y Concordancia, que dice otra cosa? Porque "desobedece" como dice la edici�n com�n (aunque no vemos por qu� cambiar "incr�dulo" como lee la Versi�n Antigua, pues "incr�dulo" no es una palabra "en desuso en el idioma Castellano"), y "rehusa creer" como dice la edici�n especial, no significa lo mismo.

Estos son hechos graves, serios, que juntamente con lo que se relaciona con la doctrina, se acompa�an con lo que se relaciona con erogaciones cuyos fondos provienen tanto de los que compran las Biblias como de los que ofrendan peque�as o grandes sumas para la obra de las Sociedades B�blicas. Ciertamente que tales cosas no recomiendan ni los procedimientos t�cnicos de traducci�n e impresi�n, ni los resortes administrativos de las Sociedades B�blicas intervinientes.

Los hermanos en Cristo que insisten en seguir usando la Revisi�n de 1960, deben saber que no pueden saber si la Revisi�n de 1960 que ellos usan es la misma Revisi�n de 1960 que otros usan, a menos que tengan el cuidado de cotejar unas con otras. Y no es cargar las tintas expresar que tales incongruencias entra�an tambi�n, por parte de las Sociedades responsables, una falta de consideraci�n para la buena fe de la Hermandad Cristiana Evang�lica de habla Hispana a trav�s del mundo. Creemos que ya es hora de decir: �Basta ya, se�ores, basta ya!

Veamos ahora, la cuesti�n doctrinal involucrada.

La Versi�n Antigua, al leer "el que es incr�dulo al Hijo", se atiene estrictamente al uso, en el pasaje, del Griego "APEITHON", participio activo del verbo "APEITHEO" (no creer, ser incr�dulo, no hacer caso, no acatar, desobedecer). El "uso" en el vers�culo tiene el valor de una ant�tesis, un contraste con lo que le antecede. Y como lo que antecede trata de la salvaci�n por creer en el Hijo, luego su ant�tesis trata de la perdici�n por ser "incr�dulo". Claro como la luz meridiana. Corresponde pues, la lectura "incr�dulo".

Es interesante �como apoyo acumulativo� que la misma palabra se usa en Hechos 14:2, "los Jud�os que fueron incr�dulos"; tambi�n en Hechos 19:9, "endureci�ndose algunos y no creyendo"; y en 1a Pedro 3:1, "tambi�n los que no creen sean ganados". La misma Revisi�n de 1960 tradujo as� esos pasajes, de modo que no hay raz�n para no haberlo hecho as� tambi�n en Juan 3:36.

El cambio a "desobedece" es grave, pues, como se ha dicho, en el Griego todo el peso del argumento se basa en la ant�tesis entre creer para ser salvo o no creer para perderse. Resp�tese pues.

Adem�s, si la perdici�n es por "desobedecer", entonces: (1) la v�a de salvaci�n, anteriormente expresada como solo por creer, ahora es adicionada con un agregado de obras y viene a resultar: salvaci�n por fe m�s obras, una doctrina Romanista aprobada por el Concilio de Trento, pero no es el Evangelio B�blico; (2) la v�a de la seguridad de la salvaci�n es tambi�n afectada, pues si se abre la puerta a la falsa doctrina de salvaci�n por fe m�s obras, entonces existe la posibilidad de que un salvado caiga de la Gracia y pierda as� la salvaci�n, por causa de alguna desobediencia o falta de obras. Y esto tampoco es lo que ense�a el Evangelio. En conclusi�n, la Soteriolog�a es afectada en dos �reas vitales: (a) la v�a de salvaci�n y (b) la seguridad del salvado.

Las dem�s Versiones Modernas utilizan, por una parte, desobedece, no obedece (RVA, BA), como por la otra rechaza (NVI), rehusa creer, se niega a creer o no quiere creer (RV 1977, RV 1995, VP).

�CUIDADO, CON ASUNTOS TAN DELICADOS!

JUAN 8:51

Versi�n Antigua: "De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no ver� muerte para siempre".

Revisi�n 1960: "... el que guarda mi palabra, nunca ver� muerte".

La Versi�n Antigua tiene una lectura m�s completa y m�s l�gica, que se ajusta estrictamente al significado de las palabras en el original Griego. En efecto, "no ver� muerte para siempre" incluye dos hechos: (1) la salvaci�n de la muerte espiritual, actual, muerte en delitos y pecados, muerte de separaci�n de Dios, que un creyente ten�a antes de ser salvo pero que al instante de ser nacido de nuevo, del Esp�ritu, cesa y no la ver� m�s; (2) la salvaci�n de la muerte f�sica que todo creyente ver� por un per�odo de tiempo, pero no ser� para siempre, pues el salvado espiritualmente, ser� salvado tambi�n corporalmente en el d�a de la resurrecci�n en cuerpo glorificado. Todo esto cabe �ntegro en la riqueza de la traducci�n de la Versi�n Antigua, ajustada al Griego que contiene esas mismas palabras. Y si est�n deben respetarse tal cual est�n.

En cambio, la Revisi�n de 1960, al leer "nunca ver� muerte" s�lo permite discernir y a�n ello como una deducci�n, que la salvaci�n es s�lo espiritual, pues ser�a absurdo pensar que una persona no morir� f�sicamente. Los Jud�os mal interpretaron las palabras de Cristo, como se ve en el v.53 y pensaron que Cristo se refer�a a no morir f�sicamente lo que no era verdad. La Revisi�n de 1960 acomod� las palabras del Se�or al error de los Jud�os y se equivoc� junto con ellos... Los "modernistas" no creen en la resurrecci�n corporal. �CUIDADO!

Nuevamente las versiones posteriores contin�an en este punto con el mismo error: "nunca jam�s ver� la muerte" (RV 1977), "nunca ver� la muerte para siempre" (RVA), "no morir�" (VP), "nunca morir�" (NVI), etc.

Hamartiolog�a (doctrina del pecado y sus consecuencias); Soteriolog�a (doctrina de la salvaci�n) y a�n la Escatolog�a (doctrina de las �ltimas cosas), resultan, en una manera u otra inquietadas y afectadas por la Revisi�n de 1960.

La Versi�n Antigua da la versi�n correcta del original y, con ello, las verdaderas palabras habladas por el Se�or y su correcto significado.

 

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JUAN 10:30

Versi�n Antigua: "Yo y el Padre una cosa somos"

Revisi�n 1960: "Yo y el Padre somos uno"

El Griego "EN", es un adjetivo numeral cardinal neutro singular, y por ser neutro, d�jese pues la traducci�n de la Versi�n Antigua, "una cosa", lo que se�ala "sustancia", y as� unidad de Sustancia, aunque diferencia de Personas. Es como si el Se�or dijera: "Yo y el Padre somos una cosa sustancialmente" y, consecuentemente, es obvia la distinci�n de Personas. Una correcta doctrina Trinitaria requiere esos elementos. La Versi�n Antigua, facilita su comprensi�n.

Pero la Revisi�n de 1960, al leer "somos uno" induce a confusi�n de Personas y coloca al lector poco avisado al borde de la herej�a Unitaria o de la herej�a Modalista, que no son Trinitarias sino Unipersonalistas. En cuestiones de doctrina, todas las precauciones son pocas en cuanto a los textos que las revelan. La misma Teolog�a (doctrina de Dios) tiene una advertencia muy seria que hacer aqu� a la Revisi�n de 1960.

Excepto RV 1977 y RVA que registran "una sola cosa" y "una cosa", las dem�s versiones consultadas dicen "somos uno" y VP agrega "uno solo".

OTROS EJEMPLOS

Podr�amos continuar y continuar citando, contrastando y examinando textos. Mas, a simple t�tulo enunciativo, vea el hermano lector algunos otros ejemplos ilustrativos de que en la Revisi�n de 1960 se ha incurrido en cambios que van desde innecesarios, en algunos casos, hasta conducentes a confusi�n y a error, en otros.

HECHOS 17:22

Versi�n Antigua: "Varones Atenienses, en todo os veo como m�s supersticiosos;"

Revisi�n 1960: "Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;"

Versiones posteriores utilizan el mismo t�rmino "religiosos".

La palabra griega "Deisidaimon�a" significa "temor a una deidad pagana", esto nunca puede ser "religi�n" de acuerdo a la Biblia.

ROMANOS 8:32

Versi�n Antigua: "El que a�n a su propio Hijo no perdon�, antes le entreg� por todos nosotros"

Revisi�n 1960: "El que no escatim� ni a su propio Hijo..."

La Revisi�n hace aqu� un cambio interpretativo y err�neo, afectando la doctrina de la expiaci�n vicaria.

El mismo sentido se encuentra en RV 1995 y NVI; tambi�n en la VP que dice: "no nos neg�". RVA, RV 1977 y BA dicen: "no eximi�".

Comparar con Hch. 20:29, Ro.11:21 y 2� P. 2:4-5, donde se utiliza el mismo vocablo griego con el mismo sentido dado en la Versi�n Antigua.

1� corintios 13:5

Versi�n Antigua: "No es injuriosa, no busca los suyo, no se irrita, no piensa el mal"

Revisi�n 1960: "no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor"

"No piensa el mal" incluye: avaricia, concupiscencia, adulterio, etc. La otra expresi�n limita el sentido.

T�rminos como los de la Revisi�n 1960 se emplean en RV 1995, VP y NVI, mientras que RV 1977 traduce, favoreciendo graves errores interpretativos: "no toma en cuenta el mal", al igual que RVA: "ni lleva cuentas del mal" y BA que a�ade una aclaraci�n: "no toma en cuenta el mal recibido"

Colosenses 1:18

Versi�n Antigua: "el primog�nito de los muertos."

Revisi�n 1960: "el primog�nito de entre los muertos"

"De los muertos" indica en forma prof�tica la preexistencia de Cristo (1� P. 1:18-20; Ap. 13:8)

Al igual que la Revisi�n de 1960, las versiones modernas utilizan los mismos t�rminos: "de entre los muertos", excepto VP y NVI que van m�s all� al traducir: "el primero en resucitar" y "el primog�nito de la resurrecci�n", d�ndole claramente otro sentido al texto.

1� tesalonicenses 4:4

Versi�n Antigua: "Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificaci�n y honor"

Revisi�n 1960: "que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor"

"Su esposa" limita el sentido de la exhortaci�n solamente a los casados; �y los solteros?.

Aqu� tenemos diferentes significados en las traducciones modernas: RV 1977 y BA dicen: "poseer su propio vaso"; RV 1995 y VP 2� Ed. traducen respectivamente "tener..." y "portarse con su propia esposa"; y por �ltimo RVA, VP 3� Ed. y NVI traducen: "controlar (o dominar) su propio cuerpo".

2� timoteo 4:5

Versi�n Antigua: "Pero t� vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio."

Revisi�n 1960: "Pero t� s� sobrio en todo..."

"Vela en todo" est� de acuerdo con todo el contexto.

Las versiones posteriores contin�an en la misma l�nea de 1960.

hebreos 9:26

Versi�n Antigua: mas ahora una vez en la consumaci�n de los siglos, para deshacimiento del pecado se present� por el sacrificio de s� mismo."

Revisi�n 1960: "pero ahora, en la consumaci�n de los siglos, se present� una vez para siempre por el sacrificio de s� mismo para quitar de en medio el pecado."

Una cosa se puede quitar de en medio sin deshacerla. El Se�or destruy� por completo el pecado y la maldad, la deshizo.

As� tambi�n siguen las traducciones modernas: "quitar" (RVA, VP) o "quitar de en medio" (RV 1977, RV 1995). Por otra parte BA dice: "para destruir el pecado" y NVI: "a fin de acabar con el pecado".

1� PEDRO 1:18

Versi�n Antigua: "Sabiendo que hab�is sido rescatados de vuestra vana conversaci�n, la cual recibisteis de vuestros padres"

Revisi�n 1960: "sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres"

"Vana manera de vivir" usan tambi�n RV 1977, RVA, RV 1995 y BA. En manera semejante, VP dice: "Dios los ha salvado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados" y NVI: "de la vida absurda".

La Revisi�n afecta en este cambio la doctrina del pecado en el Ed�n.